La familia de la médica cubana Hilda Molina que vive en Buenos Aires, celebró ayer la autorización otorgada por el gobierno de Raúl Castro para viajar a la Argentina, y aseguró que será "muy lindo el reencuentro" después de 15 años "de lucha".
Verónica Scarpati, nuera de Molina y esposa del hijo de la médica Roberto Quiñones, afirmó que todos en Buenos Aires están "dispuestos a recibirla con los brazos abiertos" cuando se concrete el retorno, que fue confirmado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
En tal sentido, evitó decir cuánto tiempo pasará en la Argentina la médica cubana y si su decisión será radicarse definitivamente. "Nuestro propósito era que Hilda pudiera venir a la Argentina, por un mes, un día o dos. Nunca perdimos las esperanzas", comentó la mujer en declaraciones televisivas.
Scarpati señaló que el objetivo de las gestiones encaradas para conseguir el permiso de salida desde Cuba "no era político", sino el interés de "reunificar a la familia". "Ahora llegó el momento, la posibilidad de abrazar a sus nietos y a su hijo (Roberto Quiñones), al que vio salir a los 30 años de Cuba y nunca lo vio ser padre. Nuestra vida cambió más que la de ella", expresó.
Por otra parte, la oposición cubana calificó como un "mínimo acto de humanidad" del gobierno el permiso que dio a Molina para viajar a Argentina, y rechazó que se trate de un "gesto" sino la liberación de una "secuestrada".
El presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), Elizardo Sánchez, calificó la decisión como una "mueca sardónica" del gobierno, y dijo que aunque la comunidad internacional la vea como un "gesto" se trata "de la solución de un abuso brutal contra" Molina. (AP y DyN)