CIPOLLETTI (AC).- Juan Carlos y Juan Manuel Aguirre deberán enfrentar un nuevo juicio. Por mayoría, el Superior Tribunal de Justicia de Río Negro dispuso ayer anular la sentencia absolutoria que los había beneficiado y reenviar las actuaciones para la realización de un nuevo juicio por el asesinato de la bioquímica de Cipolletti Ana Zerdán. Pero hay una salvedad: se conservará con "plena validez legal" la totalidad de la prueba que se produjo entre el 6 de febrero y el 30 de abril de 2008, cuando ambos imputados fueron juzgados por la Cámara Segunda del Crimen de esta ciudad. Esto incluye las fojas del expediente y los DVDs donde se registraron las audiencias, "que ingresarán directamente al próximo debate oral, sin perjuicio de la motivada solicitud de las partes de ampliar y/o reeditar las pruebas", precisó el presidente del STJ, Luis Lutz, en su voto.
El juez Alberto Balladini, el primer votante, tuvo una posición más dura. En un exhaustivo análisis reconstruyó uno a uno los indicios que la Cámara se había encargado de derrumbar en la sentencia absolutoria. Para él, el STJ debía casar el fallo, revocar las absoluciones de los imputados y condenarlos "como coautores del delito de homicidio doblemente calificado por alevosía y codicia a la pena de prisión perpetua". (ver aparte)
Lutz opinó en segundo lugar. Si bien coincidió con "ciertos y precisos fundamentos" expresados por Balladini en cuanto a que "debió efectuarse una más profunda y quizá hasta distinta y más plural valoración de las pruebas de indicios por parte del tribunal de juicio", discrepó esencialmente en la solución.
"He de señalar que está lejos de mi intelecto, mi espíritu y voluntad condenar a perpetuidad a personas que aún gozan de la presunción de inocencia y a quienes no vimos ni oímos en persona y ante nosotros conforme los códigos de forma y fondo, y en función de que a esta instancia extraordinaria llegaron con una sentencia no firme que los absolvía y no tenían ningún deber de comparendo", refirió.
Votó por "nulidad y reenvío". Pero no como en otros casos para que el juicio comience nuevamente de cero, sino conservando todo el material del debate anterior. Una propuesta "inédita", comentaban ayer algunos abogados.
Así estaban divididas las dos posturas en las fojas finales de la resolución cuando llegó el turno del juez subrogante Roberto Maturana. Le tocó dirimir y se volcó a favor de Lutz.
Luego de casi diez años del crimen de Ana Zerdán, el expediente volverá al Tribunal de origen para que, con distinta integración, se realice un nuevo juicio. Lutz consideró que este trámite podría concretarse "en el transcurso de este año". Mientras tanto, los dos imputados, padre e hijo, seguirán en libertad porque en el fallo no se planteó ninguna medida cautelar al respecto.
"Estamos satisfechos porque los tres jueces coincidieron en que la absolución era una decisión errónea. Por supuesto hubiéramos preferido que, como lo había dictaminado la Procuradora General, la decisión del Superior Tribunal hubiera sido directamente condenatoria. No vemos ninguna razón para que no se haya condenado. Pero queremos reservar nuestra opinión hasta después de analizar cuidadosamente el texto de la sentencia", opinó el querellante Oscar Pandolfi, quien no tenía definido ayer si recurrirá o no el fallo.
Ahora, tanto la parte acusadora como la defensa tienen diez días hábiles para interponer recurso extraordinario federal.
A Ana Zerdán la asesinaron el 17 de septiembre de 1999 en su laboratorio de análisis clínicos. Fue atacada, golpeada, amordazada, inmovilizada. Le taparon el rostro antes de propinarle un salvaje golpe en la cabeza con un tubo de oxígeno que se encontraba en el lugar.
Juan Carlos Aguirre (ex pareja de Zerdán) y su hijo Juan Manuel fueron sospechosos desde el principio, pero la investigación tuvo muchos vaivenes hasta que en febrero de 2008 llegó a juicio. Un juicio que ayer, algunas amigas de la víctima, calificaron como "un mamarracho" porque "no se puso coto a nada, se permitieron todo tipo de preguntas", dijeron, refiriéndose a una hipótesis sobre los análisis de supuesta contaminación de agua en Añelo que intentó introducir el ex defensor de los imputados como móvil del crimen.