Emilia, 74 años, mamá, abuela, ama de casa. Cipolletti: "Los veo más agresivos que antes. No sé si será por la TV o por los juegos. El vocabulario de los chicos deja mucho que desear. Los chicos no se expresan mucho, son muy introvertidos. Ante los chicos violentos pondría reformatorio, pero bien, que no les falte nada. Porque son chicos, pero que se puedan rehabilitar pero bien y castigar a los padres, porque ellos son los responsables e incluso a veces los llevan a eso. No sé, sólo puedo dar un buen ejemplo. Incluso para mis hijos, nietos. La honradez, el respeto, al trabajo. A respetar la vida de uno y la ajena. A esos chicos no les enseñaron a respetar la propia vida y no pueden respetar la del otro".

Mónica 45 años. Mamá, ama de casa, Buenos Aires: "A los chicos se los ve que no tienen límites. Sin ganas de nada, no les importa nada. Muy pocos son responsables. Todo les da lo mismo. No tienen mucho diálogo con los padres. Los padres no se ocupan mucho. Tal vez porque por necesidad o desinterés estén más preocupados por el trabajo. En el colegio pondría más organización y límites. Pautas claras. No fumar, no hacer lío. En casa más límites. Mucha charla sobre todo. Lo que hago es hablar si me dejan con los papás, aconsejar. Pero siempre que te dejen porque a veces se cierran demasiado".

Gabriel, 42 años. Papá, Neuquén: "Los veo perdidos. No saben en qué ocupar sus tiempos y cuando lo hacen es con video juegos, tevé. Porque nadie los ve, nadie se relaciona con ellos. Son el último orejón del tarro. Hay muy poco diálogo con los chicos. Les daría educación. Educación a los maestros, a los padres, a los políticos. Escucharlos, saber qué les pasa y jugar con ellos".