La reelección de Correa apuntala el bloque de izquierda que gobierna la región, proclamando el fortalecimiento del Estado ante la crisis mundial y replanteando la relación con Estados Unidos, dijeron analistas .
El triunfo del mandatario "apuntala la fortaleza de la izquierda en los países que han optado por esa senda, como Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Paraguay", dijo el experto en política internacional Carlos Espinosa, de la universidad San Francisco de Quito.
El mandatario promueve el socialismo del siglo XXI que hundió raíces en Venezuela y se abre paso en Bolivia. Con marcadas diferencias en el manejo económico, los tres países claman por un Estado fuerte redistribuidor de la riqueza, desafían a Estados Unidos y promueven una nueva arquitectura financiera que rompa la dependencia con los organismos extranjeros de crédito como el FMI y el Banco Mundial.
Asimismo, comparten su condición de países exportadores de materias primas (petróleo y gas) y actualmente enfrentan un descenso de sus ingresos asociado a la crisis global, que en el caso ecuatoriano ha puesto en riesgo el sistema dolarizado de la economía. Tras proclamar una abrumadora victoria, Correa anunció que profundizará el proyecto socialista y estimó que su victoria es un espaldarazo al ala radical de la izquierda que gobierna la región. (ver nota central)
Espinosa coincide con el mandatario aduciendo que "la reelección de Correa refuerza el poder de la izquierda" en la región, pero señala que la crisis mundial limitará el intenso gasto público de esos gobiernos. "No creo que desechen sus principios aunque tendrán que adaptarse hasta cierto punto a situaciones fiscales más restringidas", explicó.
Con diferentes matices, los presidentes coinciden en sus "críticas (...) al manejo económico del neoliberalismo, en una búsqueda para replantear la relación con los organismos internacionales y en dar un rol más activo para el Estado", dijo Marco Romero, analista de la universidad Andina Simón Bolívar.
La fuerza que cobran estos gobiernos de izquierda también coincide con una nueva etapa de las relaciones entre Estados Unidos y la región", estimó por su parte Romero, especialista en relaciones internacionales. "Hay expectativa en cuanto a una redefinición más amplia de las relaciones de EE. UU. con la región ", señaló.