BUENOS AIRES.- El sacerdote José María Di Paola, que vive y trabaja en la villa 21-24, confirmó ayer que recibió una amenaza de muerte al ser interceptado la noche del lunes por un desconocido que le advirtió en dos oportunidades: "Rajá de acá, vas a ser boleta".
"Te la tienen jurada", le dijo la persona que le interrumpió el paso mientras circulaba en bicicleta por las calles de ese asentamiento del barrio porteño de Barracas, donde desarrolla su tarea pastoral y de prevención a la adicción al "paco".
Di Paola vinculó el episodio con el reciente documento en el que los sacerdotes de la pastoral villera denunciaron que la droga "está despenalizada de hecho" en las villas de emergencia de la ciudad. "Cuando este tema deje de estar en la televisión, vas a ser boleta", afirmó el sacerdote que le reiteró el agresor.
Además, dijo desconocer a la persona que se le acercó para amenazarlo, pero aclaró: "Me queda claro que no es de la villa. No lo conocía". Sin embargo, dejó entrever que puede tratarse de alguien vinculado al narcotráfico.
Al comentar el episodio ocurrido el lunes alrededor de las 20.30, Di Paola sostuvo que "no fue una simple amenaza. Fue una amenaza de muerte. Es presente y futuro, por eso me llevó a pensar que es un aviso".
En una rueda de prensa en una escuela de oficios que el arzobispado de Buenos Aires tiene en el barrio de Pompeya, el "padre Pepe", como se lo conoce popularmente, ratificó que "hoy (por ayer) a la mañana hice la denuncia a la Policía".
Sin embargo, el ministro de Seguridad y Justicia, Aníbal Fernández, negó ayer por la mañana tener constancia de dicho trámite.
"Hubiéramos querido tenerla", expresó el funcionario, que consideró la amenaza recibida por el sacerdote como "casi un gaje del oficio" de quienes luchan contra las drogas.
Pese a reconocer que tiene miedo, el sacerdote anticipó que no piensa en abandonar la parroquia Nuestra Señora de Caacupé, ubicada en pleno asentamiento, porque "esta es mi villa y esta gente es mi familia", argumentó.
Di Paola explicó que el documento difundido el pasado 3 de abril por los sacerdotes de la pastoral villera tuvo como objetivo "narra la triste historia de los jóvenes que consumen diariamente, sobre todo paco, y terminan destruyendo sus vidas". (DyN)