BUENOS AIRES (AFP) - Los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y Cristina Fernández de Kirchner desestimaron ayer que exista algún problema institucional o político grave en Paraguay, al ser consultado sobre las denuncias de paternidades atribuidas al mandatario Fernando Lugo, que ayer sumaron ya cinco casos.
En tanto, la justicia paraguaya ordenó ayer la adición del apellido Lugo a la filiación del niño Guillermo Fernando, de casi 2 años de edad, cuya paternidad fue reclamada al presidente paraguayo por Viviana Carrillo, en el primer caso de la reciente serie de escándalos.
La jueza Judith Gauto, del fuero civil y comercial de Asunción, informó que "firmé la resolución aceptando el pedido realizado por Lugo para adicionar su apellido al nombre de su hijo´´. La madre del infante, de 26 años, denunció el 8 de abril pasado ante un juzgado de la niñez y la adolescencia de ciudad Encarnación, 500 kilómetros al sur de Asunción, la paternidad irresponsable del jefe de estado.
Mientras el escándalo de paternidad del presidente y ex obispo encabezaron todos los titulares de la prensa paraguaya, nuevas denuncias filiatorias se hicieron eco en los medios que aseguran la existencia de otros cinco supuestos hijos más allá del ya reconocido por el mandatario. Tres mujeres declararon públicamente haber tenido hijos con Lugo, dos de ellas antes de que dejara los hábitos.
La imagen de Lugo como gobernante "honrado" cayó un 16% a 48%, según una encuesta, en medio de críticas hacia el presidente por haber eludido su responsabilidad como padre.
Sin embargo, el ministro de Interior , Rafael Filizzola, aseguró que el jefe de Estado no puede ser sometido a un juicio político por el escándalo generado por las demandas de paternidad que afronta. "A Lugo se le tiene que medir por su gestión y por su honestidad. La Constitución establece claramente cuáles son las razones por las cuales se puede enjuiciar a un presidente y una cuestión personal no puede ser una causa", afirmó. También el vicepresidente Federico Franco, crítico del mandatario, dijo que no apoyará un juicio político al presidente. "No soy de esos que hacen leña de árbol caído. Yo no voy a acompañar ningún pedido de juicio político. No hay causales", dijo.
Inclusive esas denuncias, generaron todo tipo de bromas y hasta impulsaron una campaña estatal de paternidad responsable. Pero muchos paraguayos reclaman un retorno a la tranquilidad para que el mandatario se ponga a gobernar.
Ayer, Lula y Fernández de Kirchner descartaron derivaciones institucionales del tema. "No veo ningún problema institucional, ni problema político grave. No veo razón para que se cree un clima político negativo en Paraguay. El problema religioso, él lo explicará", dijo Lula en la Casa Rosada. Kirchner dijo, de su lado, que le parece "impropio opinar de la vida de otro presidente" y agregó que "esto no tiene por qué influir en la relación" del bloque del Mercosur.