ROCA (AR).- La Cámara Federal de Apelaciones de General Roca confirmó el procesamiento para uno de los tres detenidos por el secuestro del joven Ariel Zille, ocurrido en diciembre de 2008 en Catriel, pero también sembró innumerables dudas con respecto al ilícito que conmocionó a la región y por el que se pagó un rescate de 1,5 millones de pesos.
Los integrantes del tribunal ordenaron la liberación de los otros dos detenidos pero recomendaron al Ministerio Fiscal -a cargo del impulso de la causa- avanzar sobre aspectos claves en la investigación que parecen haber sido pasados por alto.
Dos meses después del hecho y luego de una serie de allanamientos se detuvo a tres hombres. A Juan Rosas y a Alfredo Merillán se los consideró coautores del delito de secuestro, mientras que Alejandro Alemanni (quien estaba en el mismo departamento cuando Zelli fue secuestrado) se le atribuía haber sido el "entregador", con lo cual los tres sujetos quedaron detenidos y fueron procesados. La resolución fue apelada por los defensores y el caso llegó hasta la Cámara Federal de Apelaciones de General Roca que finalmente sólo confirmó el procesamiento de Rosas.
Demasiadas dudas
Al emitir su voto, el juez Ricardo Barreiro sostuvo una serie de consideraciones que al menos resultan llamativas. Por un lado cuestionó el auto de procesamiento al sostener que no contiene elementos importantes de la causa, ya que en ningún momento se dice "cuánto dinero se pagó, ni cómo, ni dónde". Por el otro, sembró dudas sobre los motivos que llevaron al Silvio Zille (padre de la víctima) a pagar un rescate de 1,5 millones de pesos cuando el joven había sido liberado casi una hora antes (ver recuadro).
Lo que indica también es que a pesar del delito que se estaba investigando, no se adoptó ningún tipo de recaudo para identificar los billetes entregados, lo que al menos hubiera dado pistas claras de si los billetes secuestrados a los imputados era o no los que correspondía al secuestro.
Tras evaluar la situación de cada uno de los detenidos, el juez llamó la atención de los investigadores para que pongan énfasis sobre ciertos aspectos del caso que no cierran:
* Si Ariel Zille dijo que el auto en el que lo secuestraron era un VW Fox Cross verde claro, por qué el que se está investigando es de otro color.
* Los secuestradores ingresaron a un departamento ubicado en pleno centro de Catriel y nadie advirtió el hecho (se lo llevaron con una campera en la cabeza).
* Los mismos sujetos procuraron dar cierta información a la víctima. "Rara la escena en la que los delincuentes dan semejantes datos a viva voz", dice el magistrado, al referirse al destino que llevaba el vehículo.
* Ariel Zille vio parcialmente la fisonomía de sus secuestradores. Dijo que uno era rubio y el otro gordito. Incluso se elaboró un identikit, pero nadie cotejó esos datos con los de los imputados. "Las circunstancias que he detallado en este capítulo tienen entidad suficiente para despertar la inquietud de cualquier investigador", sostiene Barreiro, en un fallo que también lleva la firma del juez Carlos Müller.