Los últimos senadores terminaron de definir sus posiciones y el oficialismo descuenta tener un plus por encima de los 37 legisladores dispuestos a apretar los botones verdes del sí para dar sanción completa al proyecto de adelanto de las elecciones parlamentarias al 28 de junio.
Los últimos pronunciamientos que despejaron de incógnitas el panorama fueron los dos fueguinos del ARI, José Martínez y María Díaz, que irán por el botón rojo y la confirmación de que el cordobés Roberto Urquía preferirá el positivo, por lo que ahora sólo resta conocer la definición del catamarqueño Ramón Saadi, de quien no se sabe si estará en la sesión o se inclinará por el no.
El jueves a las 10 de la mañana, el recinto de senadores deberá mostrar 37 bancas ocupadas para comenzar a debatir el proyecto que establece dejar de lado por única vez la fecha que el Código Electoral fija las elecciones en el tercer domingo de octubre y lo adelanta para el 28 de junio.
El debate que se generará a partir de la iniciativa oficialista prefigurará las intensas discusiones que se producirán en los próximos cien días de campaña anteriores a los comicios, que pueden diseñar un nuevo mapa político en las dos cámaras del Congreso nacional.
El oficialismo argumentará que la votación anticipada facilitará la gobernabilidad del país en el segundo semestre del año, cuando se espera que impacten de lleno las consecuencias de la crisis financiera internacional, en tanto los opositores intentarán convencer que el gobierno sólo busca ganar tiempo para eludir una derrota electoral que podría ser peor si se degradan los indicadores económicos.
El kirchnerismo expresará que otros gobiernos anteriores también apelaron a adelantamientos de fechas, por lo que no es tan extraordinario lo que piden y se refugiarán en los índices económicos de los últimos años para reclamar el apoyo a su gestión.
La oposición, a su vez, confrontará el mensaje optimista del oficialismo con críticas a la falta de transparencia en las elecciones de 2007, propondrá la aprobación de la boleta única de candidatos y un cambio drástico de modelo económico.
Mientras tanto, el jefe del bloque K, Miguel Pichetto, y el presidente provisional, José Pampuro, siguen predicando que cuentan con 39 adherentes propios de la bancada oficial, más el compromiso del integrante del monobloque del MPN, Horacio Lores: con este número la discusión ya estaría cerrada.
Pero para la oposición, las cuentas no son tan claras para el oficialismo y hablan de "una votación ajustada", mientras descreen de las cifras de sus adversarios y buscan ampliar las propias, que inicialmente parecen haberse estabilizado en 31. Contabilizan el respaldo 10 legisladores de la Unión Cívica Radical, tres más del interbloque de ex radicales K, los dos senadores de la Coalición Cívica porteña y un socialista santafesino.
También dos justicialistas disidentes de San Luis, dos de Santa Fe, otros dos de Salta, más una bonaerense, un sanjuanino, un riojano, así como dos del ARI fueguino, dos bussistas tucumanos, un cordobés juecista y un renovador salteño.
Sin embargo, algunos indicios muestran que la situación no termina de quedar muy definida: una de ellas, surge de las dudas que habrían envuelto a integrantes de la bancada oficial, como la rionegrina María Bongiorno, una dirigente del Frente Grande patagónico, que consiguió poner nervioso a su comprovinciano y jefe de bloque, Pichetto, que la contaba como segura y ahora vuelve a poner reparos. Otras surgen de los senadores que votaron en contra de las retenciones móviles el 17 de julio de 2008, como la chaqueña Elena Corregido y la riojana Teresita Quintela, quienes no emitieron un pronunciamiento público y se limitaron a moverse por medio de voceros. (DyN y Red. Central)