Las cartas están echadas:
- Cristina Fernández de Kirchner ratificó ayer que no se tocará el nivel de retenciones a las exportaciones de soja y decretó la coparticipación en forma automática (no deberían, en consecuencia, ser discriminados los adversarios políticos) de un 30% de la recaudación entre gobernadores e intendentes;
- El campo, indómito, manifestó bronca en las rutas ante lo que consideró una "provocación", reconoció que el diálogo "está astillado" y pareció resignado a dar la batalla plebiscitaria en las urnas, el próximo 28 de junio, si es que el Senado sanciona la semana entrante la ley que convalida el adelanto del reloj electoral.
"Es el primer logro de la Liga de Gobernadores", manifestó el mandatario peronista del Chubut, Mario Das Neves, uno de los que aun acompañando críticamente a los K se preparan para una etapa poskirchnerista, en sintonía con su colega de Buenos Aires, Daniel Scioli.
"Manotazo de ahogado", replicó Mario Llambías, de la Mesa de Enlace agropecuaria.
"Ahogan al productor y precipitan el conflicto. Es un anuncio autoritario con olor a campaña", rompió lanzas Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria.
Más allá de la declamada intención de la presidenta de asignar los recursos al sostenimiento de la actividad económica y el empleo a través de la obra pública, no es menos cierto que en Olivos varios mandatarios reconocieron aliviados que "la inyección" de Cristina los ayudará a atemperar la crisis fiscal de sus provincias.
Miguel Saiz, de Río Negro, deslizó que ahora buscará una nueva solución para resolver la fiera protesta de los docentes (ver págs. 6-7 ).
Binner y Schiaretti en la mira
Relevante será saber cómo reaccionan los máximas figuras ejecutivas de dos territorios sojeros, Juan Schiaretti, de Córdoba, y Hermes Binner, de Santa Fe. Voceros de ambos adelantaron que la sorpresiva decisión oficial mejora la situación pero no resuelve la asfixia de los pequeños y medianos productores. Y anticiparon que insistirán en la segmentación a través del Parlamento.
El caso de Mauricio Macri es distinto: no lo afectaba el tema del "yuyo" y mejorará la caja de los porteños.
Si pasan sin novedad los furiosos idus de marzo, en abril será hora de pensar en las candidaturas.
ARNALDO PAGANETTI
(ABA)