| Los parientes en primer grado de una persona esquizofrénica tendrían diez veces más probabilidades de desarrollar la enfermedad que la población en general. Pero cuáles son esos genes y cómo afectan al cerebro es algo que aún se desconoce. En el estudio fueron analizados grupos de trece personas: pacientes esquizofrénicos y personas que no padecen la enfermedad; algunos de estos eran parientes en primer grado de los primeros y otros no. Seleccionaron pacientes que habían sido diagnosticados recientemente con esquizofrenia para que no influyeran en los resultados los tratamientos previos o los episodios que hubieran tenido antes. A todos les hicieron estudios de resonancia magnética funcional -un procedimiento que permite escanear zonas del cerebro y ver cómo se activan- mientras descansaban y cuando realizaban tareas de memorización. Los investigadores se interesaron especialmente la corteza prefrontal medial y el córtex cingulado posterior, las zonas asociadas con las redes neuronales que se mencionaban al principio, y que se activan, por ejemplo, cuando la mente se permite divagar. Así se encontró que en las personas esquizofrénicas este sistema estaba hiperactivo e hiperconectado durante el descanso, pero continuaba del mismo modo mientras hacían tareas de memorización. A menor posibilidad de suprimir el funcionamiento de ese sistema y a mayor conectividad del mismo, peor era su rendimiento en las tareas difíciles y más severos eran sus síntomas clínicos. | |