| Por Hervé Fisher (1999) Quisiera investigar las estructuras numéricas del mundo actual, mostrar los ritmos y los accidentes del lenguaje binario de la informática, del lenguaje de cuatro letras a, t, g, c, del ADN, de los códigos de barras identitarios y del control de la sociedad de consumo, las variaciones y diagramas dramáticos del mundo financiero y las redes numéricas del ciberespacio, pues estos lenguajes invadieron todo el caleidoscopio de nuestras actividades humanas, como un flujo irreprimible. El planeta se volvió numérico y financiero. Hoy en día, Goya ya no pintaría la corte de España ni los horrores de la guerra, Ingres no pintaría desnudos, ni Claude Monet nenúfares, ni Van Gogh el sol, ni Malevitch cuadrados negros, ni Mondrian geometrías, ni Picasso naturalezas muertas. Pintarían paisajes financieros, diagramas que suban al cielo y más a menudo desciendan a los infiernos : la economía y las finanzas pasaron a ser nuestro Dios, nuestro cuerpo, nuestra naturaleza, nuestra vida interior y nuestro imaginario. Numérico y numerario se cruzan y se recubren, exaltando ó amenazando febrilmente nuestra nueva imagen del mundo. Pinto los juegos de los especuladores, las paredes de Wall Street y los relieves de las montañas de acciones, oro y plata que nos rodean.Me gusta la pintura acrílica sobre tela para evocar este nuevo mundo algorítmico. Permite resistir al flujo disolvente de los píxeles y los sonidos de las pantallas, por la detención de la imagen y la condensación. De algún modo, pinto los iconos numéricos. (Texto extraído de la página www.hervefisher.com) | |