BILBAO (DPA/AFP) - La campaña electoral para las elecciones de mañana en el País Vasco terminó ayer en la región del norte de España sin que sea posible predecir si triunfará la continuidad o el cambio, en una contienda considerada histórica porque los socialistas podrían desplazar del poder a los nacionalistas.
Si el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, acudió el jueves a Bilbao a arropar al candidato socialista (PSE), Patxi López, ayer fue el jefe del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, el que se desplazó hasta la metrópolis vasca para apoyar al candidato popular, Antonio Basagoiti. "Representa", dijo de él Rajoy, "la apuesta por la libertad y por las medidas para afrontar la crisis". Y pidió el voto de quienes quieren "oir hablar de España, del castellano y la derrota de ETA".
El principal candidato y actual lehendakari (jefe de Gobierno), el nacionalista Juan José Ibarretxe, se dedicó a atacar a Zapatero, de quien dijo sólo fue al País Vasco a "hacer chistes". "En lugar de venir a ridiculizar (...), Zapatero tendría que venir aquí y decir: ´mire, yo no estoy de acuerdo con más autogobierno, pero lo respeto y además respeto que si ustedes vascos están de acuerdo con él en lugar de conmigo, tengan más autogobierno", dijo.
Los del domingo serán los primeros comicios en 30 años a los que no concurrirá ninguna sigla del entorno político de ETA, después de que el Tribunal Supremo español anulase las listas de las Askatasuna y D3M por estar instrumentalizadas por el grupo armado.
Aunque según las encuestas no parece que vaya a superar los 13 escaños en el Parlamento de Vitoria, el PP puede ser decisivo tras los comicios, si apoya a los socialistas de López. De los casi 1,8 electores vascos llamados a votar mañana, el 20% son indecisos, según estudios. Y parece que podrían inclinar la balanza hacia el nacionalismo, en el poder actualmente, o hacia la opción de cambio que se han esforzado en transmitir los socialistas (PSE), con López como candidato al Ejecutivo regional.
"Que entre un poco de aire nuevo en todas las instituciones", desea Angel Suárez, soldador jubilado, tras 29 años con los nacionalistas del PNV en el poder.
Pero gane quien gane, ambos tendrían que buscar apoyos en otras formaciones para gobernar. La sociedad vasca "no quiere aventuras", explica Francisco José Llera, director del equipo vasco de estudios de opinión Euskobarómetro, que señala que "el PNV ha dejado de ser un ´seguro de vida´". Andrés Urrutia, presidente de Euskaltzaindia, la Academia de la Lengua Vasca, cree sin embargo que "una parte importante del electorado (...) lamentaría profundamente" la salida del PNV del gobierno, ya que "es un eje central en la articulación del país". Pero "30 años de control omnímodo por el nacionalismo han generado una red clientelar muy sólida y difícil de desmontar", apunta Llera. "Hay mucha gente en el País Vasco que vive del poder nacionalista", coincide Carlos Martínez Gorriarán, profesor de la Universidad del País Vasco. Si gobierna el PSE, lo que dependerá de qué partido logre alianzas, "vamos a definir el marco político de Euskadi con claridad", explica el veterano socialista vasco José María Benegas. Un gobierno socialista debe "abandonar todo tipo de tentaciones separatistas", en referencia al objetivo de Ibarretxe, ya que "nuestro marco es el estatuto de Gernika", que define la autonomía de la región.