El conservador Benjamin Netanyahu, del partido derechista Likud y hostil a la creación de un Estado palestino soberano, será el próximo jefe de gobierno de Israel. El presidente Shimon Peres le encargó ayer oficialmente la formación de gobierno, al cual invitó a integrarse a sus principales rivales.
Netanyahu, que fue primer ministro entre 1996 y 1999, tiene ahora seis semanas para formar una coalición y para someterse a la votación del parlamento.
El político derechista, de 59 años, aceptó la responsabilidad que se le encomienda para garantizar la seguridad y la paz, al mismo tiempo que llamó al partido gobernante Kadima, de la otra candidata a formar gobierno, Tzipi Livni, y a los laboristas de Ehud Barak, a aliarse en una gran coalición bajo su dirección.
La ministra de Exterior saliente rechazó sin embargo una participación de su partido en un gobierno dirigido por Netanyahu. Tras reunirse con Peres, Livni dijo que no renunciaría a sus valores políticos por estar en el gobierno. "Una gran coalición no tiene sentido si no va por el camino correcto".
Una coliación de unidad sería una alianza complicada que diluiría el poder de los nacionalistas opuestos a las negociaciones de paz en el Oriente Medio. Netanyahu se opone a otorgar vastas concesiones territoriales a los palestinos y quiere expandir los asentamientos judíos en Cisjordania, pero una alianza con facciones centristas le daría un gobierno más estable y apoyo internacional.
La alternativa sería una coalición estrecha de derechistas que seguramente chocaría con el gobierno estadounidense de Barack Obama y sus planes ambiciosos para poner fin a 60 años de conflicto entre Israel y los palestinos.
"Exhorto a los miembros de todas las facciones... a dejar de lado la política para anteponer el bien de la nación´´, dijo Netanyahu en una breve ceremonia en la residencia del presidente Shimon Peres en Jerusalén, donde se le asignó la tarea de formar gobierno.
En su exhortación, Netanyahu destacó "primero y ante todo´´ a la canciller Tzipi Livni, titular del Partido Kadima de gobierno, y al ministro de defensa Ehud Barak, presidente del Partido Laborista.
Pero como Kadima retuvo su posición como el mayor partido israelí en las elecciones del 10 de febrero, seguramente Livni reclamaría un precio elevado: compartir el cargo de primer ministro por el que tanto compitió con Netanyahu, quien no quiere servir durante sólo medio término.
El negociador palestino Saeb Erekat dijo que cualquier futuro gobierno israelí que no acepte el establecimiento de un estado palestino y continúe construyendo asentamientos "no será un socio´´ en las negociaciones. (ver aparte)
Fawzi Barhoum, un vocero de la milicia islámica Hamas que gobierna la Franja de Gaza, dijo que la designación de Netanyahu ``indica que no hay posibilidad de seguridad y estabilidad en la región en el período próximo´´.
De fallar Netanyahu, la tarea pasaría a otro político. Livni, que condujo a los negociadores israelíes en un año de conversaciones de paz con los palestinos, accedió a reunirse con Netanyahu el domingo. Pero ayer, después de salir de una reunión con Peres, advirtió que no se incorporaría a un gobierno de línea dura y que estaba dispuesta a quedarse en la oposición "de ser necesario´´. "Yo quiero guiar a Israel de la forma en que creo, para promover un proceso de paz basado en dos estados para dos pueblos´´, dijo Livni. Sin Livni, Netanyahu podría no tener otra opción que formar gobierno con partidos religiosos y nacionalistas opuestos a la paz con palestinos.
La selección de Netanyahu quedó cimentada el jueves cuando el ultraderechista Avigdor Lieberman, que encabeza el partido Yisrael Beiteinu (Israel Nuestra Patria), respaldó al líder de Likud. (AP/DPA/AFP)