La política estadounidense de tomar las riendas del acontecer mundial con sus propias manos fue enterrada oficialmente por el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, en un discurso sobre asuntos políticos de importancia, previo a la Conferencia de Seguridad de Munich. Ahora, sólo queda constatar si Estados Unidos se deja guiar por sus promesas de consultar a sus aliados y de hablar con sus enemigos, así como ver la opción por la que optan los líderes europeos, en un mundo en el que se espera ya no sólo que brinden asesoría, sino también el personal necesario para hacer realidad las distintas propuestas políticas.
"Estados Unidos hará más", dijo Biden, para el beneplácito de la mayoría de los líderes europeos presentes en la conferencia anual. "La mala noticia es que, de la misma manera, Estados Unidos también exigirá más de sus aliados", agregó.
Eso podría implicar las expectativas de que los países europeos admitan a los presos de Guantánamo, que serán puestos en libertad si el presidente Barack Obama cumple su promesa de cerrar la prisión. Y también puede significar que Estados Unidos quiere que sean enviadas más tropas europeas para las operaciones militares en Afganistán, bajo mandato de la ONU.
Con seguridad, las declaraciones sí implican las expectativas estadounidenses de contar con el apoyo europeo para mayores sanciones contra Irán, en caso de que el país asiático no abra sus programas nucleares a los inspectores de armas. En todo caso, cualquiera de esas cuestiones podría ser una píldora bastante difícil de tragar para los políticos europeos. (DPA)