WASHINGTON.- El presidente estadounidense, Barack Obama, nombró ayer a George Mitchell y Richard Holbrooke, dos experimentados y poderosos emisarios, para encargarse de la diplomacia en Medio Oriente, Afganistán y Pakistán.
En un esfuerzo por cambiar los lineamientos de la política de gobierno del ex presidente George W. Bush y lograr la paz, Obama nombró al responsable de la paz en Irlanda del norte, George Mitchell, como emisario para Medio Oriente y al mediador de la guerra de los Balcanes, Richard Holbrooke, como responsable de las acciones diplomáticas en Afganistán Y Pakistán.
Rodeado por los dos emisarios y por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, Obama dijo a los diplomáticos en el Departamento de Estado que exhortaba a los recién nombrados a "transmitir nuestra seriedad en la causa" en vistas de "la urgencia y complejidad de los desafíos que enfrentamos".
Clinton, por su parte, añadió que "cualquier acción inferior a un esfuerzo incesante fracasará en conseguir una paz duradera y sostenible donde quiera que sea".
La elección de Obama de estos dos conocidos y respetados emisarios, señala un nuevo compromiso en política exterior por parte de su gobierno y rompe con los lineamientos del ex presidente Bush.
El nuevo presidente estadounidense exhortó también a Israel a abrir las fronteras de la franja de Gaza para dejar pasar a la ayuda humanitaria, luego de un sangriento conflicto de 22 días que causó más de 1.300 muertes palestinas y 13 israelíes.
Obama dijo que enviaba a Mitchell a la región para ayudar a consolidar el frágil alto el fuego que se mantiene hace cuatro días en Gaza.
Mitchell declaró que no "subestimaba la dificultad" de su tarea. "La situación en Medio Oriente es volátil, compleja y peligrosa", añadió.
Por su parte, Holbrooke, el responsable del acuerdo de paz de Dayton en 1995 que terminó con la guerra de Bosnia, deberá manejar dos frentes, el de Afganistán y Pakistán. Declaró que era consciente que estos dos países eran muy "distintos" con ataduras históricas y étnicas particulares.
"Es una tarea muy difícil, como lo sabemos todos", dijo Holbrooke, quien fue apodado "el Kissinger de los Balcanes".
Horas antes al nombramiento de estos dos emisarios, Hillary Clinton anunciaba una "nueva era para Estados Unidos" basada en una diplomacia fuerte y el fin de las divisiones internas del gobierno.
Como secretaria de Estado, Clinton enfrentará un sobrecogedor conjunto de desafíos en el exterior, entre los que se cuentan las guerras inconclusas en Irak y Afganistán, el atribulado proceso de paz en Medio Oriente, conflictos en Africa y esfuerzos por recomponer la deteriorada imagen de Estados Unidos.
El gobierno de Obama está "comprometido a hacer progresar la seguridad nacional estadounidense, promover los intereses de Estados Unidos, y respetar, dando el ejemplo, los valores estadounidenses en el mundo", dijo.
Clinton saludó la "franqueza" y el "debate sano" para dar forma a la política exterior de su país, pero prometió poner fin a las divisiones que ocurrían entre la Casa Blanca y el Departamento de Estado bajo el gobierno del predecesor de Obama. (AFP)