GAZA.- Uno de los principales dirigentes de Hamas y ministro del Interior del movimiento islamista en Gaza murió en un ataque de Israel en Gaza, donde las bombas israelíes alcanzaron un complejo de la ONU, un edificio de prensa y un hospital, levantando una ola de indignación mundial.
Esos ataques se produjeron cuando parecía esbozarse una salida a la crisis: Egipto anunció que Israel había aceptado su plan para un alto el fuego en Gaza. Sin embargo, el Estado hebreo se negó a confirmarlo y dijo no haber tomado aún una decisión.
Por su parte, Hamas propuso un alto el fuego de un año con Israel a cambio de una retirada de las tropas israelíes de la franja de Gaza y de la suspensión del bloqueo impuesto al territorio, anunció un alto responsable de Hamas.
Número dos de la oficina política de Hamas, Musa Abu Marzuk, residente en Damasco, indicó que la oferta fue formulada por una delegación del movimiento a las autoridades egipcias en una reunión celebrada en El Cairo y precisó que Hamas esperaba ahora una respuesta de Israel.
En cuanto a Said Siam, de 49 años, uno de los "halcones" de Hamas y su ministro del Interior en Gaza, murió junto con su hijo Mohammad y su hermano Iyad en un ataque aéreo israelí contra la casa de este último en el norte de la ciudad de Gaza.
La televisión de Hamas mostró imágenes de su cadáver, el ejército israelí confirmó el ataque y el brazo armado del movimiento islamista amenazó con vengar su muerte.
Siam es el más alto dirigente de Hamas muerto desde el comienzo de la ofensiva israelí, el 27 de diciembre, en la franja de Gaza. Otro jefe del movimiento islamista, Nizar Rayan, murió en un ataque israelí, el 1 de enero.
Además de la muerte de Siam, en el vigésimo día de su ofensiva, el ejército israelí intensificó sus bombardeos e hizo una incursión en un barrio de la ciudad de Gaza, donde sus tanques se enfrentaron con combatientes palestinos.
Al menos 50 palestinos murieron por los ataques aéreos y los disparos israelíes, el jueves.
Esos ataques también alcanzaron al complejo de la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina (UNRWA).
El hospital Al-Quds también resultó alcanzado por un obus israelí, que desencadenó un incendio aún sin controlar el jueves por la noche.
En medio del pánico, los familiares de enfermos y heridos les evacuaban en sus camas, al igual que a los bebés prematuros en las incubadoras, para huir de las llamas que azotaban el edificio.
Tres empleados de la UNRWA y dos camarógrafos palestinos resultaron heridos.
Los obuses incendiaron almacenes con decenas de toneladas de ayuda humanitaria por valor de decenas de millones de dólares.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que había llegado durante la mañana de ayer a Tel Aviv en el marco de una gira por Oriente Medio, se dijo "escandalizado" por ese bombardeo. Olmert le dijo que Israel había respondido a disparos procedentes de ese complejo de la ONU.
La secretaria norteamericana de Estado, Condoleezza Rice, llamó por teléfono a los dirigentes israelíes tras el bombardeo contra la ONU y les expresó su "profunda preocupación".
A su turno, la Unión Europea (UE) calificó el bombardeo de "simplemente inaceptable". Brasil y Argentina, entre otros países, lo condenaron, y el Consejo de Seguridad de la ONU declaró su "grave preocupación".
Desde el inicio de la ofensiva israelí, 1.105 palestinos han muerto -entre ellos 355 niños y 100 mujeres- y más de 5.130 resultaron heridos, según un último balance de los servicios de urgencias de Gaza.
Según el Centro Palestino de Derechos Humanos de Gaza, el 65% de los muertos son civiles.
En el mismo periodo, han muerto diez militares y tres civiles israelíes.
Por su parte, los grupos armados palestinos continuaron disparando cohetes ayer. Según el ejército israelí, 25 artefactos cayeron en el sur de Israel, causando cinco heridos en Beersheva, a 40 km de Gaza, según los servicios de socorro.
Pero mientras se intensificaban los bombardeos en Gaza, la diplomacia redoblaba sus esfuerzos.
Condoleezza Rice confirmó ayer "trabajar" en un acuerdo con Israel y otras partes regionales para facilitar un alto el fuego, sin precisar el contenido del mismo.
En cuanto a la estadía en Washington de la canciller Livni, Rice dijo a Olmert en una llamada telefónica, ayer, que "Estados Unidos está dispuesto a ayudar en la solución del tema del contrabando de armas y firmar un memorándum sobre esta cuestión".