La novena etapa del Dakar, que fue una de las más cortas en kilómetros, pero también de las más exigentes, resultó muy favorable al español Carlos Sainz, quien con su VW dio otro paso en busca de su primer título en la mítica prueba que finalizará el sábado en Buenos Aires.
La primera de las tres etapas de dunas, si bien no es su terreno predilecto, el madrileño edificó una buena ventaja con su compañero de equipo, el estadounidense Mark Miller, quien prácticamente estuvo delante de principio a fin, durante los 430 kilómetros de la especial del día.
Pero, cerca del final Miller se llevó por delante una piedra y rompió la dirección de su auto, perdiendo algunos minutos.
Los avatares del destino le permitieron a Sainz su ingreso triunfal a Copiapó. El dos veces campeón del mundo de rally aumentó sus posibilidades para ganar por primera vez el Dakar.
El dominio de Sainz y el equipo Volkswagen se demuestra en cada etapa como en la general, donde Sainz aventaja a sus dos compañeros. A Miller le lleva 19m 52s y al sudafricano Giniel De Villiers lo supera por 22m 58s.
El español Joan "Nani" Roma, cuarto en la general con el único Mitsubishi, ayer quedó séptimo a 24m 41s de Sainz y se convirtió en uno de los grandes perdedores de la etapa.
El último representante de Mitsubishi se encuentra ahora a 58m 12s de Sainz, por haber seguido los pasos de De Villiers, quien cometió un error de navegación, se alejó de la punta y hasta perdió el segundo lugar.
El tercero en la etapa de ayer fue el estadounidense Robbie Gordon, quien está muy cómodo con su Hummer en el quinto lugar de la general.
Hoy se disputará la décima etapa, Copiapó-Copiapó. Es el especial más largo, 670 kilómetros de velocidad, y difícil del Dakar, con una serie de dunas de unos cien kilómetros.
Las dunas chilenas son verdaderas montañas de arena que habrá que aprender a escalar y bajar por los costados, en más de un kilómetro. También puede influir el calor, tanto en los participantes como en sus vehículos. Habrá que estar preparados, puede haber novedades.
