NEUQUÉN (AN).- Durante las vacaciones la gente suele utilizar mucho más las tarjetas de débito y crédito para evitar el riesgo de llevar efectivo en el bolsillo. Pero la delincuencia, que no es lenta ni perezosa, ha desarrollado formas sofisticadas como la utilización de tecnología y hasta ha reinventado el tradicional cuento del tío para vencer esas prevenciones.
Con la temporada recién iniciada, los responsables de la División Delitos Económicos de la Policía neuquina explican las distintas modalidades delictivas pescador y "skimming" y brindan consejos para evitar que las vacaciones se transformen en una pesadilla.
"Queremos recalcarle a la sociedad algunas cuestiones que hacen a la prevención y al manejo seguro de algunos medios de pago como son las tarjetas de débito y crédito", señaló el oficial Walter Núñez, integrante de Delitos Económicos.
En cuanto a las modalidades de robo más utilizadas en cajeros electrónicos, hay dos: el pescador, ya sea de tarjeta o billetes, y el "skimming". (Ver aparte)
Pescadores
Ésta es la modalidad que más se da en el país y generalmente es utilizada durante los fines de semana en época de pagos y en las vacaciones. La particularidad de esta maniobra es que los delincuentes ingresan al cajero e introducen un dispositivo que captura la tarjeta o el dinero dentro del cajero e impide retirarlo al titular.
La más habitual y sencilla es la captura de tarjeta mediante una falsa ranura que impide a la persona operar con el cajero. En ese momento suele aparecer un hombre o una mujer que se ofrece a llamar al 0800 del banco para formular la denuncia.
En verdad el llamado lo realizan a un número trucho; del otro lado de la línea un cómplice que simula ser empleado del banco le saca todos los datos a la víctima, inclusive el código de la tarjeta. Para terminar le pide que al siguiente día hábil se acerque a la entidad a retirar el plástico.
El delincuente que realizó el llamado se va junto al cliente pero vuelve a los pocos minutos, rescata la tarjeta atrapada con el pescador y con los datos que le pasa el cómplice (número de clave o PIN) la utiliza como si fuera suya.
Lo más común es que se retire el monto permitido y se haga una transferencia con el resto de los fondos a una cuenta bancaria abierta con documentación falsa. La víctima se percatará del robo días después.
El otro tipo de pescador es el de billetes, que no suele ser tan efectivo aunque los delincuentes se arriesgan igual. Este sistema consiste en introducir una falsa ranura en el expendedor de billetes que se encarga de capturarlos ante la atónita mirada de la persona que siente que el cajero ha realizado la operación de entrega pero el dinero no aparece.
Suele suceder, en la mayoría de los casos, que la persona supone que el cajero no tiene más billetes, por lo que se retira. Es ahí que un delincuente ingresa y saca el capturador con el dinero.