NEUQUÉN (AN).- El "skimming" es una maniobra sofisticada que requiere tecnología de avanzada y sirve para apropiarse de datos mientras el titular de la tarjeta de débito o crédito realiza un apropiado uso del sistema.
Con el "skimming" "no se produce una apropiación de la tarjeta sino que se utiliza tecnología para obtener los datos de la banda magnética. Después hacen un clonado y comienzan a utilizarla", cuenta Walter Núñez, oficial miembro de la División Delitos Económicos.
Una de las maniobras más comunes es instalar un lector de tarjetas en la apertura electrónica del cajero con un chip que guarda la información o la retransmite. Estos lectores son muy parecidos a los originales y pasan casi inadvertido para el cliente.
En el caso de las tarjetas de débito los delincuentes obtienen todos los datos de la banda magnética menos la clave. Para conseguirla suelen utilizar cámaras ocultas dentro del cajero, que enfocan sobre el teclado, o falsos teclados que hacen un registro de datos durante un par de horas.
Después clonan las tarjetas y con los datos grabados llevan adelante robos masivos o transferencias a cuentas bancarias abiertas con falsa identidad que se utilizan por no más de dos meses.
"Nosotros aconsejamos utilizar una tarjeta de colectivo o de video juego para abrir la puerta del cajero. Jamás utilicen la tarjeta de crédito porque en ella se encuentra toda la información del cliente", advierte Núñez.
La creación de tarjetas de crédito mellizas es una tarea bastante sencilla porque basta con la copia de la banda magnética ya que no hace falta código para realizar compras.
Una de las recomendaciones principales de la División Delitos Económicos es no entregar el plástico en estaciones de servicios o restaurantes a la hora de pagar, ya que existen dispositivos de bolsillo donde con pasar la tarjeta ya están en condiciones de clonarla.