Si bien el buen tiempo permite realizar magníficas escaladas en la montaña, el calor derrite grandes cantidades de hielo acumulado durante centenares de años. Esto se puede ver claramente en los alrededores de El Chaltén, donde el mes de diciembre tuvo un clima casi tropical.
El principal indicador del deshielo son los ríos y arroyos, cuyo cauce es mayor al habitual y varía a lo largo del día. Numerosos cursos que bajan de las montañas duplican su caudal entre la mañana y la tarde, producto del derretimiento del hielo y la nieve.
El ascenso al paso Marconi, puerta de ingreso al Campo de Hielo Patagónico, uno de los trekking más promocionados de la zona, pudo ser realizado con zapatillas de trekking y en remera de mangas cortas. En el paso, los glaciares han retrocedido de tal manera que es posible acampar sobre rocas, algo imposible hace más de una década.
Numerosos guías de montaña señalaron su preocupación por este sostenido cambio climático, "que seguramente generará impactos negativos en la zona", afirmaron.
"Si esto sigue así, el cerro Torre hasta puede perder su tradicional cumbre de hielo y nieve, algo que ya sucedió en el monte Tronador, en las inmediaciones de Bariloche", explicaron. (AB)
