TEL AVIV/GAZA.- Israel venía amenazando desde hacía tiempo con una operación militar en la Franja de Gaza, pero su lanzamiento terminó por sorprender tanto a rivales como a socios. Una nueva espiral de violencia amenaza ahora con instalarse en la región. En el segundo día de ofensiva se habla ya de más de 300 muertos, una cifra inédita desde la Guerra de los Seis Días en 1967.
El escenario real es claro: cuanto más dure la violencia, cuanto más muertos se produzcan en Gaza, tanto mayor será el riesgo de atentados suicidas en suelo hebreo, de un contagio de la violencia a Cisjordania y de un incremento de las protestas protagonizadas por árabes israelíes. En un extremo, el horror puede extenderse aun más e involucrar a las milicias libanesas de Hizbollah, que podrían acudir en ayuda de Hamas lanzando ataques sobre el norte de Israel.
El gobierno israelí se encuentra al filo de la navaja, comenta el "Yediot Ahronot". Según el diario, Israel debe tener mucho cuidado de no acabar la operación con una imagen de derrota como la que rodeó el final de la guerra en Líbano en el verano boreal del2006.
El país ya ha demostrado su indiscutible supremacía militar, pero Hamas no parece mostrarse impresionada, al menos desde un punto de vista retórico.
La organización radical islamista no se rendirá, advirtió ya desde la clandestinidad su líder, Ismail Haniya. Según él, el objetivo de Israel es quebrar la resistencia de los palestinos y obligarlos a ceder en sus tradicionales reivindicaciones. Pero Hamas es más voluntariosa y decidida que Israel, advirtió.
Incluso el analista hebreo Amit Cohen advirtió a sus compatriotas contra un excesivo optimismo: "No esperen una bandera blanca. Hamas no se rendirá", escribió en el diario "Maariv". Según Cohen, el fulminante ataque sorprendió a la organización palestina y mostró su vulnerabilidad. "Pero hay una cosa que Hamas no se puede permitir: mostrar debilidad", añadió.
También el primer ministro israelí, Ehud Olmert, preparó a la nación para una larga operación. Hamas había dejado bien clara estos últimos días su intención de incrementar los ataques con cohetes sobre suelo hebreo, justificó Olmert: "En esta situación, ya no teníamos otra opción que reaccionar".
Después de que el 19 de diciembre llegaran a su fin seis meses de tregua, Hamas y otros grupos armados palestinos decidieron no renovarla debido a que, según su visión, Israel no había enviado suficiente ayuda a la Franja de Gaza.