RAFAH, Franja de Gaza.- La Franja de Gaza se transformó ayer en una gigante procesión fúnebre que de norte a sur reunió a decenas de miles de palestinos que lloraron la pérdida de sus allegados.
En Rafah, toda la familia de Tawfik Jaber, jefe de la policía del movimiento islamista Hamas, que controla el territorio palestino sometido desde hace ya dos días a los ataques israelíes, se recogió alrededor de su cuerpo.
Envuelto en una bandera palestina, su cadáver salta a la vista en medio de un salón vacío. En los muros blancos, sólo cuelga un retrato del difunto dirigente Yaser Arafat.
La atmósfera es pesada, entre lágrimas de mujeres y gritos de niños. "Él fue un defensor de nuestra causa nacional y de Palestina. Vivió como combatiente, murió como mártir", dice una de ellas, envuelta en una larga falda negra.
Cada quien da las condolencias, consuela a los allegados. El cuerpo es luego sacado de la casa y las oraciones fúnebres dejan paso a los gritos de venganza, lanzados por centenares de personas reunidas afuera. "¡Venganza, venganza O Ezzedine al-Qassam!", brazo armado de Hamas, grita la muchedumbre, al transportar el cuerpo hasta el cementerio "de los Mártires" de Rafah. Tawfik Jaber murió el sábado en un ataque aéreo contra el cuartel general de la policía, en el centro de la ciudad de Gaza, donde decenas de policías participaban en una ceremonia de entrega de diplomas. Por lo menos 30 de ellos murieron en los ataques israelíes.
Cerca de allí, en el estadio municipal de la ciudad, miles de palestinos se inclinan ante 15 cuerpos alineados en el prado verde. La mayoría son miembros del brazo armado de Hamas.
Uno de ellos es el de Hamuda Hamuda, de 20 años, que murió entre los escombros de uno de los "230 objetivos" alcanzados por la aviación israelí. (DPA)