NEUQUÉN (AN/ACE).- Cientos de militantes, familiares de desaparecidos de Neuquén y Alto Valle y sobrevivientes que acusaron a los militares por los crímenes cometidos durante la última dictadura militar se reunirán la noche del martes en las puertas del Tribunal Oral Federal.
La excusa será una velada artística en la que se recordará la masacre de los obreros del salitre en Chile, hace más de 100 años.
El motivo del encuentro será el final del juicio que durante cuatro meses se desarrolló en el Tribunal Oral Federal.
"Es un mensaje a la comunidad para decirle que la justicia es posible cuando todos nos unimos para conseguirla; queríamos hacer un homenaje a los querellantes que nuevamente pusieron su coraje y pasión para que haya justicia y al Tribunal, tanto a los jueces como a los fiscales y al personal del juzgado porque trabajaron para que se pueda culminar sin tropiezo" dijo Noemí Labrune, desde la APDH.
Cuando se iniciaron las audiencias, en agosto, el juicio se seguía desde la calle porque la masiva concurrencia de gente superaba ampliamente el espacio para el público dentro del tribunal.
Fue un hervidero de encuentros de "viejas-nuevas caras" en las puertas del edificio de Carlos H. Rodríguez. Muchos se volvieron a ver luego de 30 años, porque la persecución ocurrida durante la dictadura militar los llevó a la cárcel, al exilio o a migrar hacia otros lugares del país donde refundaron sus nuevos vínculos.
Durante los primeros dos meses no sólo asistieron los sobrevivientes de "La Escuelita" a dar su testimonio sobre lo ocurrido en 1976. Se acercaron quienes padecieron tormentos en comisarías o centros clandestinos de Viedma, en Bahía Blanca, en Sierra Grande, en La Plata, Buenos Aires y también acompañaron los exiliados de la dictadura pinochetista en Chile, a partir de 1973.
La atención del público mermó cuando comenzaron a declarar ex militares, en octubre, y el vacío fue completo desde la semana pasada, cuando las defensas de los militares expusieron sus planteos de absolución.
La "Cantata de Iquique" buscará reagrupar a las entidades que acompañaron el proceso durante el juicio y a los perseguidos de la dictadura que esperan que los jueces emitan el fallo por el juicio demorado 20 años. "La Cantata es un momento en que el arte y la militancia se van a unir en la calle; simboliza las luchas populares y nos encontrará frente al Tribunal que sustanció el juicio, que va a marcar el fin de la impunidad en esta zona", dijo Labrune. "Se han confirmado otros procesamientos y puede llevar todo el año próximo el avance hacia otro juicio, pero esta etapa es emblemática porque después de esperar 25 años (este proceso) llegó a su culminación. Estamos enjuiciando en los ocho imputados al plan siniestro que provocó un verdadero genocidio en nuestro país; son temas de delitos de lesa humanidad que afectaron a la sociedad en su conjunto y dado que está en suspenso la fecha del fallo, este canto comunitario será un llamado impaciente a los jueces para que sin demora firmen la sentencia y todos podamos terminar este año con el fin de la impunidad y los represores en la cárcel", finalizó.