SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El fiscal de Cámara Carlos López pidió que le impongan tres años y medio de prisión al hombre que fue detenido cuando acababa de robar en una casa del barrio Belgrano y lo hirieron de bala cuando pretendía escapar de los policías que lo intimaban a entregarse.
El acusado confesó el hecho, pero de manera diferente a la requisitoria del agente fiscal, porque aseguró que sólo actuaron dos individuos, sin utilizar armas, y que no llegaron a robar nada.
El fiscal reconoció que los testimonios de los policías eran "flojos" respecto de la utilización de armas, y por esa razón redujo la acusación y pidió que lo condenen por robo con escalamiento.
La causa se inició el último 11 de julio a las 15, cuando -según la acusación- Héctor Cristian Tévez, de 30 años, en compañía de uno o dos cómplices que nunca fueron identificados, ingresaron por una ventana a la planta superior de la vivienda ubicada en Cacique Cumbay, y sustrajeron 3.476 pesos.
El asaltante, con su marcado acento cordobés, confesó que estaba en compañía de otro joven tucumano y se les ocurrió robar en la casa cuando golpearon la puerta y escucharon ladrar a un perrito, pero nadie los atendió. En el interior del domicilio, sin embargo, estaba María Laura, de 17 años, que se encerró en el baño y llamó a la policía con su celular antes de que la descubrieran.
La policía no tardó en llegar, rodeó la vivienda e intimó la rendición de los asaltantes, y aunque Tévez la usó de escudo para fugarse, al enfrentarse al sargento José Ocarez la empujó contra el policía y salió corriendo. El otro asaltante -sólo la chica vio a un tercer individuo- saltó desde la planta superior de la casa y se abalanzó contra el sargento Carmelo Ñancucheo, a quien derribó aplicándole un rodillazo en el tórax. No se determinó quién disparó sobre Tévez, pero el delincuente, que ya cuenta con una condena a tres años de prisión por un robo, cayó a los pocos metros y lo detuvieron.
Ante el reconocimiento de Tévez, sólo faltaba calificar el hecho, pero los sargentos Ñancucheo y Ocarez no lograron convencer al fiscal que el delincuente prófugo estaba armado. Ñancucheo aseguró que lo vio empuñar un revolver cromado, y la prevención policial secuestró un cuchillo que presuntamente utilizó Tévez, pero la víctima no vio armas, y Ocarez creyó ver, pero no fue convincente en su declaración. El defensor Gustavo Butrón aseguró que se trataba de un hurto con escalamiento, que quedó en grado de tentativa.