JUNÍN DE LOS ANDES (ASM).- Un testigo sorpresa aportado por la defensa de Luis Aboy y Melisa Friz reveló presiones políticas durante la investigación del crimen de Olga y Teresa Buamscha, dijo que se ordenó desechar una declaración durante un procedimiento, advirtió irregularidades en el levantamiento de pruebas y sospechas sobre un ciudadano peruano que abandonó la ciudad horas después del hecho.
El bárbaro doble asesinato movilizó a toda la Policía provincial, que por orden del entonces ministro de Seguridad, Luis Manganaro, puso sus recursos a disposición de las pesquisas. Él mismo se constituyó aquí.
En ese contexto, el hoy sargento primero Jorge Ortiz estuvo a cargo, junto con otros oficiales y suboficiales, de un procedimiento en el lugar de trabajo de Aboy, los galpones locales de Vialidad. Para entonces, ya estaba detenido.
Aboy era sereno en el galpón y allí se procedió a secuestrar el cuaderno de bitácora con los movimientos del personal, a la vez que se le tomaba declaración a un compañero del encausado, Aldo Barrera.
En esa instancia, recibió por radio una orden de su superior, disponiendo que aquella declaración quedara sin efecto y se desechara la hoja en la que se había confeccionado.
Si bien no lo dijo en la audiencia, Ortiz reveló luego a este diario que la orden de romper la declaración se la dio quien era jefe de la Dirección de Seguridad en esa fecha, Ramón Vallejos.