ROSARIO.- El detenido Mario Alberto Segovia, conocido en las últimas horas como el "rey de la efedrina", es una persona introvertida a la cual, no obstante, le gustaba pasearse por el centro de Rosario con sus lujosos y llamativos automóviles, entre ellos un Rolls Royce adquirido recientemente.
Segovia, de unos 40 años, se instaló hace dos años junto a su mujer y sus dos pequeños hijos en la mansión ubicada frente al Rosario Golf Club, tasada en un valor cercano a los 300.000 dólares, que ayer fue allanada por la Justicia.
Se hizo conocer ante los vecinos como un exportador de bananas y no disimuló desde su llegada al barrio su pasión por los autos. Tanto es así, que a la flota de rodados valuada en un millón de dólares compuesta por dos camionetas Hummer y una Land Rover le sumó meses atrás un Rolls Royce.
La mayoría de los vecinos aseguró que Segovia se manejaba solo, sin ninguna custodia, y que tenía muy poco contacto con el exterior, salvo cuando se lo divisaba en alguna escapada a tomar café por los bares de la zona. Donde sí se lo veía con cierta frecuencia era en algunos paseos que hacía con sus camionetas por la calles céntricas de la ciudad. "Por acá pasaba con su Hummer y todos quedábamos sorprendidos. De vez en cuando compraba un diario o se sentaba en el bar a tomar algo", comentó Sandro, el encargado del puesto de diarios ubicado frente al legendario bar El Cairo que inmortalizó Roberto Fontanarrosa.
Cuando llegó a Rosario, Segovia se instaló en un departamento ubicado en un edificio en Pasaje Zabala y Sarmiento, frente al policlínico PAMI I, con vista al río Paraná. En esa época se lo conocía como el propietario de varios departamentos de la zona y de un local comercial y llamaba la atención entre sus inquilinos por la camioneta Hummer que dejaba estacionada a la hora de cobrar los alquileres. (DyN)