BUENOS AIRES (ABA).- "El problema que tiene ahora el radicalismo son estas dos". El comentario partió de la boca de un alfonsinista histórico, para descalificar el recibimiento que el presidente de la UCR, Gerardo Morales, dispensó el martes pasado en la sede del comité nacional, a la titular de la Coalición Cívica, "Lilita" Carrió y su aliada Margarita Stolbizer, en desmedro del vicepresidente Julio Cobos.
Desde su lecho de enfermo, Raúl Alfonsín desautorizó a través de un comunicado, la gestión para armar un acuerdo electoral en 2009 que "nada tiene que ver con las posiciones ideológicas" de los partidos. Dejó abierta en contrapartida la exploración de un acercamiento con el vicepresidente Cobos, quien a partir su su "voto no positivo" que hizo caer las retenciones móviles, fue raleado por Cristina y Néstor Kirchner y, con un alto grado de imagen favorable, anda explorando una alternativa al gobierno que constituyó como cabeza del radicalismo K, hoy implosionado.
"La dejaron entrar a Carrió al comité nacional, que nos vivió puteando y destrozando a Alfonsín, y le prohiben el ingreso a Cobos", se preguntó el mismo dirigente que supo militar en la Junta Coordinadora. No ignora los sondeos que Cobos realiza tanto en los espacios que timonean el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, y el peronista disidente Felipe Solá, quien amenaza con abandonar el bloque de diputados del Frente para la Victoria (FpV) la semana entrante, junto con un puñado de parlamentarios, entre los que se cuentan los rionegrinos Julio Arriaga y Lorena Rossi.
"La prueba será la prórroga del impuesto al cheque. Exigiremos la coparticipación de los recursos a las provincias. Si no se nos atiende el pedido, evaluaremos irnos", anticipó a esta agencia Rossi.
Carrió niega que haya "usado" el nombre de Alfonsín. "No lo necesito", dice y recuerda indignada el caudal de adhesiones que recogió en octubre de 2007. "Lilita" habla con Luis Juez y Mario Negri, en Córdoba y con Ernesto Sanz, en Mendoza, pero no termina de "cerrar" con el socialista Hermes Binner, en Santa Fe, cuyos diputados acompañaron sin fisuras el proyecto K para estatizar los fondos previsionales.
Alfonsín, según informaron sus allegados a "Río Negro", está preocupado por la crisis financiera internacional y sus dañinas derivaciones para la Argentina en los meses venideros. Por eso, insiste tanto en el diálogo entre oficialismo y oposición para encontrar denominadores comunes frente al descalabro mundial.
Alfonsín no quiere reeditar una alianza como la del 2001 ni un frente puramente "contreras" al gobierno, sino que insiste en buscar coincidencias ideológicas y programas en común antes de sellar un acuerdo electoral.