Las principales modificaciones al proyecto de reforma jubilatoria apuntan a los siguientes ejes:
- Inversiones: se explicita en la iniciativa en qué se puede invertir el superávit de la Anses (es decir, los excedentes obtenidos tras el pago de los haberes jubilatorios), un dato no menor si se considera que a fines de año rondaría los 120.000 millones de pesos. Ese superávit podrá ser destinado a la misma cartera de inversiones que hoy tienen las AFJP. Esto significa que la Anses podrá invertir hasta el 50% de su superávit a prestarle al Tesoro, ya sea mediante títulos públicos, letras o bien préstamos. También podrá invertir en acciones, obligaciones negociables y títulos valores (en menores porcentajes), aunque se prohíbe la inversión de los fondos en el exterior.
El gobierno se asegura, así, el pleno control y manejo de los recursos previsionales, al desechar las propuestas opositoras de que la Anses se transforme en un organismo público no estatal.
- Control: se introdujo en el proyecto la creación de un consejo a cargo del monitoreo de los recursos del sistema, el cual estará integrado por representantes del Estado, de los jubilados, de los trabajadores, de los empresarios, de los bancos y del Congreso. Este consejo sólo supervisará los recursos (no los administrará) y sus informes no serán vinculantes. Lo mismo sucederá con la comisión bicameral ad hoc a crearse en el Congreso, que tendrá mayoría oficialista.