Los anuncios dados a conocer por el gobierno nacional generan esperanza en el productor.

En definitiva, algo de lo que todos los años la fruticultura cede en forma compulsiva al gobierno nacional es devuelto a parte del sector. Sin embargo emergen dos incógnitas, entre otras tantas, luego de escuchar a la presidenta y sus funcionarios sobre la ayuda que percibirá la actividad.

Por un lado, la histórica conducta de la administración K pone en duda si estos nuevos anuncios van a formar parte de las continuas promesas incumplidas que viene realizando el Ejecutivo para la actividad o si existe verdaderamente compromiso político para poner en marcha un nuevo proyecto sobre la fruticultura regional. Los supuestos fondos que lleguen a la región serán cedidos por el gobierno nacional sin garantía de continuidad. No hay una ley que avale mantener en el tiempo el flujo de dinero que todos los años requiere el PFI.

Es este marco, y aquí esta el segundo llamado de atención, los productores quedarán debilitados frente a la posibilidad de futuros reclamos pasando a ser rehenes de los fondos que manejará discrecionalmente Nación. Algo similar a lo que pasa hoy con las provincias. No caben dudas de que este esquema de uso del poder marca la continuidad del accionar político de la administración Kirchner sobre las economías regionales.

Por Javier Lojo