"¿Qué hay detrás de un mal conductor? Problemas de conducta social", opinó, en pocas palabras, el jefe de Tránsito del municipio de Roca, Alberto Gómez.
"El que pasa un semáforo en rojo, o que anda en moto sin casco, sabiendo los riesgos que corre él mismo y que también pueden estropear una familia... no lo hace porque no conozca las reglas viales... Es un problema de conducta y algo más...", sostuvo.
En una ciudad donde se labran -en promedio- más de 1.200 infracciones sólo en un mes, el tránsito es un verdadero dolor de cabeza.
"Tenemos todo el plantel de inspectores todo el día en las calles... Cada vez se hacen más multas pero parece que no importa...", indicó el funcionario, quien admitió a la vez, la falta de un predio adecuado y seguro para que los futuros conductores pueden empezar a capacitarse.
En Roca se están llevando a cabo diversas acciones apuntando a mejorar la seguridad en calles, tal como educación vial en las escuelas, luego de otras experiencias que ciertamente no arrojaron los resultados esperados. Sólo unas cuatro semanas duró "Súper Muni", una especie de héroe que, megáfono en mano, advertía "in situ" sobre las faltas. Una especie de "escrache social" que, bajo otra metodología sin embargo, en ciudades como Rosario dio éxito. En Roca, "la mayoría lo tomaba a broma", reconoció Gómez.
También corrió la misma suerte una disposición para "castigar" a ciclistas infractores, quienes eran advertidos sobre la falta en una primera instancia, y luego se les secuestraba la bicicleta. Pero el sistema trajo más problemas que soluciones así que quedó irremediablemente archivado.