COCHABAMBA, Bolivia.- El presidente boliviano, Evo Morales, propuso ayer a cuatro prefectos rebeldes la suspensión de todas las medidas de presión, como los cortes de ruta de campesinos oficialistas, dijo el vocero de gobierno Iván Canelas.
El portavoz aseguró que el mandatario lanzó una "nueva propuesta" a las autoridades de Santa Cruz, Beni, Pando y Chuquisaca, para sellar un acuerdo que permita encarrilar a Bolivia a un proceso de paz duradera, tras tres semanas de violencia social que dejó 19 muertos y decenas de heridos.
"La propuesta es liberar todos los bloqueos (de carreteras)", afirmó el funcionario gubernamental y adelantó que esta oferta incluye las que ejercen campesinos leales al presidente en tres rutas vitales que unen a la próspera ciudad de Santa Cruz, feudo opositor, con el resto del país.
El vocero Canelas reconoció que este planteamiento le permitirá a Santa Cruz efectuar desde hoy una feria empresarial internacional, la más grande ventana y mesa de negocios en Bolivia, que aún se halla en la incertidumbre por los cortes de rutas.
A su vez, señaló que el planteamiento, que aún no fue aceptado por las autoridades rebeldes, señala la apertura de tres comisiones para discutir los temas álgidos de la política boliviana.
Esas mesas técnicas -precisó- servirían para discutir la redistribución de ingresos regionales, nacidos de un impuesto petrolero, que permite ahora a Morales pagar una bonificación a los ancianos, y la devolución de todas las instituciones estatales tomadas por la fuerza por civiles de derecha en cinco de las nueve regiones del país, durante las últimas semanas.
Además, la concertación para elegir en el Congreso cargos vacantes en el poder Judicial y las cortes electorales.
El presidente discutió ayer en Cochabamba (centro) con cuatro prefectos rebeldes las bases para alcanzar un acuerdo de largo alcance, con la ayuda de facilitadores, como la Iglesia católica y delegados y diplomáticos de Unasur, OEA, ONU y Unión Europea. (Ver claves)
Un acercamiento fue planteado por la Unión de Naciones Sudamericanas el lunes en Santiago que también dio un fuerte apoyo político al presidente Morales, luego de que el conflicto hiciera temer una guerra civil en Bolivia, por la fuerte polarización protagonizada por oficialistas de izquierda y opositores de derecha.
"En Bolivia, a veces nosotros decimos que estamos acostumbrados a los conflictos y a llegar al borde del precipicio para comenzar a dialogar; creo que es lo que está ocurriendo", dijo ayer Canelas.
Sin embargo, militantes de movimientos sociales afines al gobierno permanecían anoche en los alrededores de la sede de las deliberaciones y aún no habían levantado el cerco a Santa Cruz, porque no estaba claro si las oficinas nacionales ocupadas y saqueadas por grupos de choque vinculados a la prefectura (gobernación) fueron desalojadas, como lo establecía el acuerdo marco para el inicio del diálogo.
(DPA y Télam)