Tropas militares desbloquearon esta madrugada los caminos hacia los campos petroleros del sudeste de Bolivia en forma pacífica, lo que parecía llevar normalidad a la región, en tanto el prefecto de Tarija, el opositor Mario Cossío, reclamó diálogo para superar la crisis.
Según la emisora católica de noticias Fides -citada por ANSA-, el primer contingente militar llegó esta madrugada a Villamontes, 1.350 kilómetros al sudoeste de La Paz, en tránsito hacia Yacuiba, donde se encuentra la estación de bombeo de Pocitos.
La movilización militar obedeció a la decisión del gobierno de Evo Morales de enfrentar las protestas opositoras, que ayer recrudecieron con choques armados en varias zonas del país y provocaron al menos nueve muertos, según estimaciones oficiales aunque provisorias.
Los prefectos (gobernadores) opositores le reclaman al presidente Evo Morales por un recorte en sus rentas petroleras que el gobierno nacional aplica para hacer frente al pago de una pensión para los mayores de 60 años.
Sin embargo, el mandatario afirma que tras esa petición se esconden reclamos desmedidos de autonomías regionales y una férrea oposición a la nueva constitución que el gobierno pretende sancionar antes de fin de año, si es que un plebiscito convocado por ley apoya el trabajo que hizo la Asamblea Constituyente.
La presencia de los militares provocó protestas entre los opositores de Villamontes, que pretendían mantener cortado el suministro de gas a los países vecinos. Los dirigentes convocaron a reunión de emergencia para decidir medidas de acción y prometieron que las mantendrán "así les cueste la vida".
El gobierno envió tropas a la región del sudeste para evitar la toma de los yacimientos petroleros, después de que fue afectado también el conducto de exportación de gas a Brasil, en un tramo de los cuales se cerraron válvulas durante siete horas a raíz de un incendio.
Esas acciones de sabotaje fueron definidas por el gobierno como actos "terroristas", y condenadas además por gobiernos regionales, en especial los de Brasil, Argentina y Venezuela.
Por otra parte, el opositor prefecto de Tarija Cossío hizo anoche un llamamiento al diálogo como forma de evitar nuevos enfrentamientos. "Desde el sur del país proponemos al Presidente que nos demos la última oportunidad. Le pedimos que se pronuncie, que señale día, lugar y la hora para sentar las bases del diálogo para iniciar el proceso de reconciliación nacional", afirmó Cossío.
Aseguró que participará del diálogo cumpliendo el mandato de su pueblo y para ello invoca la participación de la Iglesia y la Organización de Estados Americanos (OEA) para que coadyuven en el éxito de la iniciativa, señaló un despacho de la estatal agencia noticiosa ABI. "El presidente de la república tiene la palabra y también la primera responsabilidad ante la historia, porque es hora de pacificar el país y ponerse en la altura de la situación", aseveró.
El gobierno nacional decretó un duelo nacional para el día de hoy por la muerte de al menos nueve personas, la mayoría campesinos, en los enfrentamientos de Pando. "El presidente de la República ha decidido declarar duelo nacional de 24 horas sin suspensión de actividades, porque Bolivia entera está de luto", dijo anoche el vicepresidente Alvaro García Linera, durante una conferencia de prensa, indicó ABI.
Fuente: Télam