Cuatro años atrás, precisamente el miércoles 2 de marzo de 2005, la sociedad sanantoniense estableció mediante el desarrollo de una audiencia pública el contrato social que permitió que las autoridades de Alpat pusieran en marcha su planta bajo la condición de cumplir con una serie de requisitos que preservarían el entorno natural, que serían auditados por los organismos de control.
El titular del Consejo de Ecología y Medio Ambiente (Codema), Oscar Echeverría, fue el encargado de abrir el debate en el que ante un público de 300 personas 30 disertantes expusieron desde las 9' hasta las 16' los pro y los contra de la habilitación de la planta, fundada en el inicio de las pruebas húmedas.
La disertación de los representantes de 'Alcalis de La Patagonia', que fue la primera escuchada por los asistentes y duró casi dos horas, se centró en garantizar que ninguno de los efluentes sólidos, líquidos y gaseosos generados en el proceso de producción serían arrojados al mar ni dañarían al medio ambiente.
En ese marco, el geólogo Mario Giaconi, que había sido contratado por Alpat para explicar las características del bajo El Riñón, donde se depositarían los residuos líquidos, afirmó qué el sistema "sólo puede ser utilizado si se impermeabiliza artificialmente, para que el flujo no llegue al mar", una postura en la que coincidió con los profesionales locales, que hoy cuestionan la implementación de esta medida de control (ver recuadro). (ASA)