ST PAUL, EE.UU.- Tras la designación oficial de sus respectivos candidatos a presidente y vicepresidente de Estados Unidos, republicanos y demócratas tienen dos meses por delante para la lucha por la Casa Blanca en las elecciones de noviembre, que se anuncian muy disputadas.
Tanto el republicano John McCain como el demócrata Barack Obama, cuyas posturas se oponen en casi todos los asuntos -Irak, energía, cobertura de salud, entre otros- afirman que encarnan el cambio y deben convencer por fuera de sus respectivos bandos a los electores independientes para ganar las elecciones del 4 de noviembre.
El cierre de la Convención republicana tuvo su influencia en las encuestas, ya que la ventaja de Obama cayó a cuatro puntos (48-44), indicó ayer la encuesta diaria elaborada por la empresa Gallup.
Obama, senador por Illinois, tenía hasta el jueves una ventaja de siete puntos (49-42) y sobrepasaba a McCain, senador por Arizona, por ocho puntos a principios de mes (50-42). Según la empresa, los consultados ya habían escuchado el discurso de la candidata republicana a la vicepresidencia, Sarah Palin, pero todavía no el mensaje de McCain, en la noche del jueves cerrando la convención de su partido.
La encuesta diaria de Rasmussen, que también recoge parcialmente el impacto de la convención republicana, puso a McCain y Obama prácticamente empatados, con un 45-46 por ciento, pero la ventaja en favor del senador demócrata crece un punto (48-46) si se toman en cuenta los votantes que se están "inclinando" por cada candidato pero todavía no están seguros.
En los últimos días, McCain prometió vientos de cambio en Washington, presentándose como un reformador que trabajará "con la mano tendida" hacia quienes estén dispuestos a ayudarlo "para hacer avanzar de nuevo el país".
"El balance de John McCain muestra que lucha por el cambio", aseguró su principal estratega, Steve Schmidt. El consejero republicano opinó en cambio que en lo que respecta a Obama, el cambio era "una bonita palabra" que parecía más "una táctica electoral".
No se puede contar con McCain para encarnar el cambio, retrucó en la cadena CBS el principal estratega de Obama, David Axelrod. "Anoche (por el jueves por la noche), el senador McCain utilizó la palabra 'cambio' pero la política que describió sonaba muy familiar", evaluó Axelrod, afirmando que McCain quiere contentarse con seguir la política en vigor durante los últimos ocho años, bajo el mandato del impopular George W. Bush.
Las últimas cifras sobre el desempleo deberían alimentar la campaña demócrata. La desocupación alcanzó en agosto su mayor nivel desde setiembre de 2003 en Estados Unidos, con 6,1% de la población activa. (Ver aparte)
"John McCain demostró que tiene intenciones de seguir con la política económica que generó, sólo este año, la pérdida de 605.000 empleos", comentó Obama. "Cuando la economía va mal, lo último que hay que hacer es subir los impuestos como Barack Obama pretender hacer", opinó su rival republicano.