SAN MARTÍN DE LOS ANDES (ASM).- Un lento retorno a la normalidad se vivía ayer luego del intenso temporal de nieve que se abatió sobre la región, pero Defensa Civil se mantenía en alerta, y decenas de personas estaban afectadas a tareas de control y prevención, en especial porque seguía latente el riesgo de deslaves en faldeos.
No hubo nuevas evacuaciones, por lo que el número de personas relocalizadas se mantenía en la veintena: cuatro familias de las zonas bajas, y otras 14 personas rescatadas por vía lacustre desde el sector Hua Hum.
Como consecuencia de las lluvias y nevadas, el arroyo Pocahullo se salió de cauce a la altura de calle Mascardi, e inundó parte de la Escuela 179, lindante con ese curso de agua.
Otro tanto ocurrió con el arroyo que corre por detrás del barrio Bickel, con anegamientos en varias viviendas. Esos y otros arroyos forman parte de la misma cuenca y dasaguan en el lago Lácar, que subió peligrosamente sus aguas en la Costanera.
Personal del EPEN, con refuerzos de otras localidades, debió trabajar a destajo para reponer la energía en varios barrios.
Más de 60 personas, siete vehículos y cuatro máquinas estaban afectadas a las tareas de Defensa Civil, el municipio, Parques, vialidades, Gendarmería Nacional, Policía, Ejército, hospital, entre otras instituciones.
El lunes, en el pico de la nevada, se produjeron desplazamientos de barro y piedra que provocaron deslizamientos de viviendas precarias, por fortuna sin provocar heridos. Rutas y caminos amanecieron congelados, y se recomendaba usar cadenas.
En la ciudad, el sector más castigado fue la cuesta a Covisal, ya que el desplazamiento del terreno provocó un desmoronamiento de la calzada, que se desplazó de nivel unos 40 centímetros. Cabe recordar que la intendenta Sapag, en Buenos Aires, solicitó una auditoría sobre ese camino, cuya construcción terminó el pasado año.