Una encuesta nacional hecha en Canadá encontró en el año 2006 que el 54% de los canadienses habían usado algún tipo de medicina complementaria o alternativa (CAM, por sus siglas en inglés) en el año previo, lo que implicó un incremento del 4% con respecto a lo registrado en 1997. El uso de las CAM se está volviendo más aceptable entre la población canadiense. También en los Estados Unidos, Europa y Australia, según los estudios.
Es que los científicos han comenzado a prestarles atención y, lejos de dejarlas de lado, las estudian e incorporan cuando comprueban su eficacia. Existe actualmente en los Estados Unidos un Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa que depende del NIH, los Institutos Nacionales de Salud de ese país, y es el principal organismo de gobierno para la investigación científica sobre CAM. Su misión es explorar prácticas de curación de las CAM en el contexto de la ciencia rigurosa, capacitar investigadores y diseminar información fidedigna al público y a los profesionales.
Para comprender las tendencias a favor de las CAM, numerosas investigaciones han tratado de sondear las razones de por qué la gente las elige. Algunas de ellas subrayan los aspectos percibidos como positivos de las CAM; otras, los aspectos percibidos como negativos de la medicina convencional.
Entre las primeras se encuentran principalmente el deseo de tener un rol más proactivo hacia la propia salud y la creencia en una salud holística. Entre las segundas, la insatisfacción con los efectos colaterales de terapias convencionales, los tratamientos inefectivos y cuestiones de la relación paciente-médico.
Complementan, no reemplazan
En un estudio reciente publicado por Biomed Central, Fuschia M. Sirois, del Departamento de Psicología de la Universidad de Wyndsor, en Ontario, Canadá, se propuso comparar las razones que la
gente aducía para usar CAM. Tomaron para eso dos muestras de población general canadiense, de perfiles sociodemográficos y de salud similares, durante 1997 y 2005, en distintas zonas de Ontario.
Se les preguntó si habían consultado recientemente a un practicante de alguna CAM, entre las que incluyeron quiropraxia, masaje terapéutico, homeopatía, naturopatía, acupuntura, reflexología y reiki.
Los participantes indicaron su acuerdo con seis afirmaciones que se les presentaron sobre sus razones para usar esos tratamientos, y sobre problemas agudos o crónicos de salud que habían experimentado recientemente.
La mayoría de los participantes en las muestras de 1997 y 2005 indicaron que usaban las CAM como agregado a la medicina convencional, más que en lugar de ella. En ambas muestras la quiropraxia, el masaje terapéutico, la homeopatía, la naturopatía y la acupuntura fueron las prácticas más utilizadas. Pero en la muestra de 2005 un número significativamente mayor de personas consultó a quiroprácticos, reflexólogos y practicantes del denominado toque terapéutico.
Las dos razones principales que dieron los integrantes de la muestra de 1997 para usar las CAM fueron que estas prácticas les permitían tomar un rol más activo en el cuidado de su salud y que la medicina convencional era ineficaz para sus problemas. Entre quienes participaron de la muestra de 2005, una razón principal dada fue también que las CAM les permitían un rol más activo en el cuidado de su salud, pero en segundo lugar dijeron que éstas les brindaban un tratamiento más integral como personas. Es decir, a diferencia de lo ocurrido en 1997, las dos razones principales esgrimidas por los encuestados se concentraron en aspectos positivos de las CAM.
Según Sirois, este cambio podría deberse a que actualmente hay un mayor conocimiento y aceptación en Canadá sobre las CAM, como asimismo que se han producido cambios en los valores sociales con respecto al cuidado de la salud. Estos apuntarían a una visión más holística de la salud y la curación, más que a una simple preocupación por controlar los síntomas de las enfermedades. Tal vez por ese motivo, ambos grupos informaron que usan las CAM para complementar, no reemplazar, a la medicina convencional. Este dato es consistente con los resultados de otras investigaciones orientadas en el mismo sentido.
Un dato curioso: pese a que en 1999 se redujo en Canadá la cobertura médica de la quiropráxia en más de un 30%, y en 2004 directamente se la excluyó de la cobertura de los planes de salud de Ontario, su uso creció, aún cuando a los usuarios les representa un costo mayor que deben pagar de su bolsillo.
RICARDO GÓMEZ VECCHIO