WASHINGTON.- El aspirante republicano a la presidencia de Estados Unidos, John McCain, sacudió ayer la campaña con una inesperada maniobra política cuyas consecuencias pueden ser decisivas: la gobernadora de Alaska, Sarah Palin, es su candidata a la vicepresidencia.
En Palin, McCain eligió a la primera mujer que aspira a la vicepresidencia por los republicanos, y sólo la segunda en la historia del país.
La estrategia apunta a contrarrestar al demócrata Obama, quien podría ser el primer negro en llegar a la presidencia.
Palin es una persona relativamente desconocida en Washington pero que le puede ayudar a McCain a ganarse a los insatisfechos electores de Hillary Clinton, además de sumar apoyo del ala conservadora del partido. Palin, quien participó como candidata del certamen Miss Alaska, es enemiga acérrima del aborto y es miembro de la conservadora y polémica Asociación Nacional del Rifle (NRA).
Con 44 años, la jefe del Estado de Alaska compensa los 72 años de McCain, cumplidos precisamente ayer. Y con dos años en el cargo y tres senadores en las principales candidaturas de ambos grandes partidos, Palin es la única con experiencia en el Ejecutivo.
Por lo pronto, McCain ya logró con su anuncio un objetivo importante: diluir los ecos del histórico discurso de Barack Obama aceptando la candidatura demócrata apenas doce horas antes en una apoteótica fiesta ante 75.000 personas en Denver.
"Ella es exactamente lo que yo necesito y lo que Estados Unidos necesita", afirmó McCain al presentarla en un acto electoral en Dayton, Ohio. "Me ayudará a sacudir Washington", agregó en una clara referencia a que Obama, que hizo del "cambio" su lema, escogió en Joe Biden a un candidato a vicepresidente que lleva 34 años en el Senado.
Palin, que apareció en el escenario con su marido y cuatro de sus cinco hijos, llegó con ciertos nervios al podio, pero McCain la tranquilizó: "Sin prisa", le susurró mientras el entregado público la recibía con un gran aplauso. "Es un gran desafío", afirmó sobre su nueva responsabilidad.
Entre alabanzas a McCain, apelaciones a la integridad de los políticos y recordatorios de que su hijo mayor se alistó en el Ejército y será destinado a Irak en septiembre, Palin aprovechó ya su primera aparición para apelar directamente a los seguidores de Hillary Clinton, la gran derrotada en las primarias demócratas, que jugó la carta de ser la primera mujer aspirante a la presidencia.
"Las mujeres de Estados Unidos no están acabadas", afirmó, y recordó la ya mítica frase de los "18 millones de grietas en el techo de cristal" con que la senadora por Nueva York calificó a sus votos en las primarias. "Juntos podemos reventar ese techo de cristal de una vez por todas", agregó en medio de una estruendosa ovación y de la exhibición de algunos carteles con el lema "Seguidores de Hillary en apoyo de McCain".
La reacción de la propia Clinton fue seguramente más ambigua de lo que a Obama le hubiera gustado. "Deberíamos estar todos orgullosos
de la histórica nominación" de Palin, y a continuación felicitó a la gobernadora y a McCain. (Ver recuadro)
La llamada a los seguidores de Hillary no es el único mensaje que McCain envía con la elección de Palin en contra de Obama. El senador por Arizona escogió a la gobernadora del estado más lejano mientras Obama, que hizo del "cambio en Washington" su lema, eligió en Joe Biden a un senador que está desde 1972 en los pasillos de la capital.
La decisión de McCain fue toda una sorpresa hasta en los más altos círculos del Partido Republicano.
Karl Rove, el "gurú" de los triunfos electorales de George W. Bush, confesó que no tenía en su radar a la gobernadora de Alaska.