SAN MIGUEL DE TUCUMÁN.- Los ex jerarcas militares Antonio Domingo Bussi y Luciano Benjamín Menéndez fueron condenados ayer a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad de la última dictadura, pero tras el fallo hubo enfrentamientos entre gendarmes y grupos de militantes de izquierda que repudiaban que el ex gobernador de facto tucumano no fuera a una cárcel común.
Bussi y Menéndez -ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército que ya recibió una pena a perpetua por los asesinatos de miembros del PRT en Córdoba- fueron condenados como autores mediatos de privación ilegal de la libertad, homicidio y torturas, entre otros delitos, por el crimen del senador provincial peronista Guillermo Vargas Aignasse, perpetrado en 1976. El fallo se inscribió en el marco de los delitos de lesa humanidad declarados imprescriptibles.
En tanto, ambos ex jerarcas reivindicaron la represión ilegal y todo lo actuado por el gobierno de facto de 1976-1983.
Cuando el tribunal dio el veredicto hubo festejos dentro y fuera de la sala, pero tras anunciarse que por ahora no cambiaban las condiciones de detención comenzaron los incidentes en las afueras de la sede judicial.
Es que se dispuso que Bussi siga preso en su casa de un country de Yerba Buena, en las afueras de esta capital, y que Menéndez continúe detenido en el lugar donde está alojado, en la cárcel cordobesa de Bouwer.
Dentro del tribunal, mientras tanto, Bussi y Menéndez asumían la condena a perpetuidad que terminaba de dictar, pasadas las 17.40, el Tribunal Oral Federal Criminal de Tucumán que ventiló el crimen del senador Vargas Aignasse. Al leer la sentencia, numerosas fotos de desaparecidos se levantaron en las calles tucumanas entre los participantes de la movilización, mientras que -dentro del recinto- lloraba el hoy diputado nacional Gerónimo Vargas Aignasse, hijo del legislador secuestrado el 24 de marzo de 1976.
Acomodándose la sonda que le ayuda a respirar y con una barba de varios días, Bussi escuchó con la mirada hacia arriba la primera condena en su contra por crímenes de la dictadura y sólo bajó la vista cuando se leyó el cargo de homicidio.
Menéndez, quien había sido condenado hace un mes en Córdoba, eligió cerrar los ojos para escuchar que, al igual que a su ex subordinado, lo encontraban "coautor mediato" de "asociación ilícita, violación de domicilio, privación ilegítima de la libertad agravada, imposición de tormentos agravados y homicidio agravado por alevosía por el concurso agravado de dos o más particulares con el fin de lograr impunidad", según el Código Penal que regía en ese entonces.Ahora, Bussi seguirá preso junto a su familia en su lujosa casa del country, mientras que Menéndez deberá volver a Bouwer.
Antes del veredicto, tanto Bussi como Menéndez habían hablado ante los jueces Gabriel Eduardo Casas, Carlos Enrique Jiménez Montilla y Josefina Curi para rechazar una vez los cargos.
El ex gobernador que comandó la represión ilegal en la provincia se mostró orgulloso de "esta patriada de salvar a la Argentina histórica de la agresión comunista". Y sostuvo que por entonces Tucumán era "la Sierra Maestra de la agresión marxista leninista que quería convertir a Argentina en un satélite de la URSS (Unión Soviética)".
"Me considero un perseguido político por los derrotados de ayer en la guerra justa y en las urnas por el voto de los tucumanos, hoy encumbrados ebrios de rencor y venganza en los más altos cargos del poder nacional y provincial violentando todos los principios del Derecho internacional", disparó.
En el mismo sentido de ensayar una supuesta acusación hacia las autoridades políticas, y con un discurso idéntico al del anterior juicio al que fue sometido, Menéndez señaló que "los guerrilleros de los años 70 hoy están en el poder" y opinó que "intentan destruir nuestro estilo de vida y ser nacional".
"Los argentinos estamos sufriendo una guerra desatada por los sicarios vernáculos del comunismo internacional", se quejó el ex general y señaló que "los terroristas que entonces estaban en la ilegalidad ahora se apropiaron de la legalidad y pretenden ser pacíficos ciudadanos y convertirnos a su sistema esclavista".
Tras la primera de la audiencia donde hablaron los militares, el tribunal pasó a deliberar y citó a las 17 para dar a conocer el veredicto. Entonces, durante más de media hora, el secretario del tribunal leyó la resolución.
Tras leer la condena y los cargos contra los acusados, el tribunal resolvió diferir la decisión sobre el lugar de detención de los imputados hasta que la condena quede efectiva, por lo que dispuso que continúen en los sitios actuales.
(DyN)