WASHINGTON (DPA).- Pase lo que pase, Barack Obama ya hizo historia. Pero a una semana de ser coronado como el primer candidato negro a la presidencia de Estados Unidos de uno de los grandes partidos y partiendo como el claro favorito al triunfo, eso no es suficiente.
El próximo jueves, en el estadio de los Denver Broncos de fútbol americano y ante 76.000 personas, Obama se dará un baño de multitudes para oficialmente aceptar la candidatura del Partido Demócrata. Será el punto culminante de los cuatro días de la convención demócrata en Denver, el acontecimiento que indica que la campaña electoral estadounidense entra en la recta final hacia los comicios del 4 de noviembre.
Que el encuentro se celebre en Denver, en el corazón de las Montañas Rocosas, no es casualidad. Colorado es uno de los estados que se perfilan como claves en las elecciones, junto a Nevada y Nuevo México. Los tres estados del oeste del país votaron republicano en 2004, pero después de registrar el mayor cambio demográfico del país, fundamentalmente gracias a la inmigración latina, podrían decantarse por los demócratas en noviembre. Y juntos suman 19 votos electorales, casi tantos como los tradicionalmente decisivos Ohio o Florida.
"Palabras como 'esperanza', 'cambio' y 'oportunidad' llevan siglos en el corazón de la vida del Oeste. Son palabras que Washington debe oír de nuevo y que oirá de nuevo. Este año, el camino a la Casa Blanca pasa por el Oeste", escribió en el diario "Los Angeles Times" el senador demócrata por Colorado Ken Salazar. Pero Obama estará hablando para todo el país. Por ello en la convención habrá guiños para todos aquellos electorados que pueden decidir la presidencia, como Ohio, Florida, Virginia o Pennsylvania.