Joseph Joe Biden es una figura de la política estadounidense con una gran experiencia en materia de política exterior, un asunto sobre el que ha cargado las tintas contra el que ahora puede ser su jefe. Precisamente con los argumentos que ahora utiliza el republicano John McCain para arremeter contra su colega demócrata de Illinois.
Nació el 20 de noviembre de 1942 en el seno de una familia trabajadora -su padre vendía automóviles- católica de Scranton (Pennsylvania). Antes de los 30 años, en 1972, ya fue elegido como senador por Delaware. Es decir, ya estaba en el Senado cuando Obama, el que será su jefe si sale elegido en noviembre, apenas tenía 11 años.
Desde entonces, acumula una experiencia política que le convierte en uno de los veteranos de la escena pública estadounidense, con opiniones respetadas sobre todo en el ámbito internacional.
El comienzo de su carrera política está marcado por la muerte en accidente de tráfico de su mujer y de su hija de 13 meses apenas un mes después de su llegada al Senado. Sus dos hijos pequeños, Beau y Hunter, se salvaron del accidente. El primero es ahora responsable de Justicia de Delaware y tendrá que partir a Irak en octubre en calidad de capitán de unidad de la Guardia Nacional. Hunter, de 39 años ahora, ejerce de abogado en Washington. Biden se casó de nuevo en 1977 con Jill, con la que tiene una hija de 27 años. A la tragedia familiar se unió un grave problema de salud en 1988, cuando le fue diagnosticado un aneurisma cerebral. A ambos problemas supo sobreponerse, por lo que se le considera un carácter fuerte, forjado en la adversidad.
Su carrera en el Senado se ha centrado en la política exterior -hace unos días viajó a Tiflis en mitad del conflicto con Rusia- lo cual podría dar el empujón que el novato Obama necesita para terminar de convencer a los que dudan de su capacidad.
Al contrario del que puede ser su jefe, Biden votó a favor de la guerra de Irak en el Senado, aunque desde entonces se ha distanciado cada vez más de la política exterior de Bush. Sobre este asunto, declaró que EE UU debía "eliminar" a Saddam Hussein, pero que un ataque unilateral como el que finalmente se llevó a cabo era "la peor opción".