NEUQUÉN (AN)- "Las presiones se resisten. Cuando uno acepta ser juez sabe que eso puede pasar, ya viene con el cargo. El problema es saber si uno las puede resistir o no. Si uno no las puede resistir mejor que se vaya, porque no va a ser un buen juez".
La definición la dejó ayer la ministra de la Corte Carmen Argibay. Dijo que "hay presiones, el problema es si el juez las puede resistir o no. El otro puede decir lo que quiera, el problema es cómo voy a reaccionar yo, que soy un juez independiente".
Se le recordó que en una entrevista había dicho que el juez debe ser ingrato con quien lo designó. "Sí, es así, hay que decirle 'muchas gracias' y olvidarse. Yo nunca más hable con Néstor Kirchner, el último día que lo vi fue cuando me dio el decreto y me dijo 'vaya y jure en la Corte'. Además fue el segundo día que lo vi en mi vida, el primero fue cuando me ofreció el cargo".
"Esto es lo que debe ser -continuó. Quien se sienta obligado a hacerle favores a aquél que lo designó no va a ser un buen juez, y ni siquiera presiones va a necesitar".
Para aquellos magistrados que se quedan en el cargo y votan según las presiones que recibieron, "están las cámaras de apelaciones, los superiores tribunales, que pueden corregir esas cosas. Si usted sabe que algo se hizo por una presión, a ese juez usted lo puede echar. El tema es: si queremos hacer las cosas como se debe, se puede. Si no queremos, lo único que vamos a hacer es quejarnos, llorar, no hacer nada, y todo va a seguir igual".