MADRID (AP) - El vuelo JK5022 abortó un primer intento de despegue debido al sobrecalentamiento de una toma de aire poco antes de estrellarse en el aeropuerto de Barajas, aunque la aerolínea precisó el jueves que no cree que esta avería guarde relación con el fatal accidente.
Un día después de la catástrofe, las escenas de dolor se sucedieron en la morgue habilitada en uno de los pabellones del centro de exposiciones y congresos de Madrid, donde los familiares de las víctimas pasan por el difícil trago de identificar los cadáveres de sus seres queridos.
En total, 153 personas perdieron la vida el miércoles en la peor tragedia de la aviación española en los últimos 25 años. Un avión modelo MD-82 de la compañía Spanair con destino a las turísticas Islas Canarias se salió de la pista y, tras elevarse levemente, se incendió y chocó envuelto en llamas contra el suelo en una hondonada de rastrojos y tierra seca anexa a Barajas.
De las 172 personas que integraban el pasaje, sólo 19 lograron salir con vida del montón de cenizas al que quedó reducido el aparato.
Entre ellos, tres menores de edad de los 22 que embarcaron en el vuelo. Tanto los pequeños, cuyas vidas no corren peligro, como el resto de heridos de diversa consideración se encuentran ingresados en distintos hospitales madrileños.
La vicepresidenta del gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, indicó que la comisión de investigación ha empezado a trabajar para esclarecer las causas del siniestro, aunque aseguró que todavía es pronto para
avanzar alguna hipótesis sobre lo ocurrido. De la Vega confirmó que las cajas negras y todos los elementos susceptibles de facilitar alguna pista están ya en manos de los técnicos.
Por su parte, Javier Mendoza, un responsable de Spanair, explicó que el comandante de la aeronave detectó poco antes de despegar un calentamiento excesivo en un sensor de aire que se encuentra debajo de la cabina. Mendoza dijo durante una rueda de prensa que la toma fue reparada de acuerdo con las normas habituales de seguridad. Pocos minutos después, la maniobra de despegue finalizó con el avión incendiándose y estrellándose bruscamente.
Álvaro Gammicchia, un piloto de Iberia que voló durante siete años en un modelo MD-82 y que pertenece al sindicato de pilotos españoles SEPLA, dijo que, incluso sin el sensor, ``el avión no hubiera fallado hasta el punto de
causar un desenlace trágico''.
Además de la investigación, la atención se centra en los familiares de las víctimas. El Ministerio de Fomento reconoció las dificultades para identificar algunos de los cuerpos. Hasta 46 médicos colaboran en las labores forenses. Hasta el momento, 39 fallecidos han podido ser identificados.
Según el gobierno español, en el avión había 19 pasajeros extranjeros, de los cuales uno solo, un sueco, fue rescatado con vida. De los restantes, había un brasileño y un colombiano. Restaba determinar las nacionalidades de otros tres extranjeros, . La cancillería brasileña identificó a la víctima de su país como Ronaldo Gomes Silva, quien viajaba con su novia española Yanina Celisdibowsky, también fallecida. Spanair está inmersa en una fuerte crisis económica y en los seis primeros meses del año anunció perdidas por valor de 55 millones de euros (unos 81 millones de dólares). (AP, AFP)