Sergio González era un personaje conocido en el ambiente local relacionado con los asuntos que habitualmente ocupan a la policía. Registraba varias entradas y en otras ocasiones incluso fue mencionado en relación con hechos de sangre. Ayer debía presentarse en los tribunales para asistir a un juicio con varias causas judiciales, siendo imputado en algunas de ellas.

Pero su mayor notoriedad sobrevino en marzo del 2005, cuando fue detenido en el marco de las intensas investigaciones que sucedieron al crimen de las hermanas Olga y Teresa Buamscha, por el que en la actualidad hay sólo un imputado, Luis Aboy como autor -espera juicio- y su esposa como presunta cómplice.

Pero por entonces Junín de los Andes era el centro de la escena, con el ministro de Gobierno, los jefes policiales, expertos en criminalística, jueces y fiscales, ocupados de aquí para allá en procura de esclarecer aquel caso, que conmovió a Junín y a la provincia.

En ese contexto, González y su hermano fueron detenidos a las pocas horas de ocurrido el crimen en la vivienda de las hermanas, integrantes de una caracterizada familia, pionera de esta localidad. (ASM)