BUENOS AIRES.- Los cadáveres de los pequeños Agustín y Milagros Mansilla, los hijos del matrimonio asesinado en el partido bonaerense de Campana, fueron descubiertos ayer en un arroyo situado a pocos metros de la autopista Panamericana, a escasos kilómetros de donde aparecieron los cuerpos de sus padres la semana pasada.
Poco después del hallazgo, el ministro de Justicia bonaerense, Ricardo Casal, reveló que el pasado 24 de julio Ángel Fernández Rosales, uno de los principales sospechosos por el crimen de la familia Mansilla, se quitó la pulsera magnética que le fue colocada por gozar de arresto domiciliario, y el responsable técnico de monitorear esta situación "no informó" a las autoridades.
El macabro descubrimiento de los niños se produjo a las 2 de ayer a la altura del kilómetro 66 de la Panamericana, en la zona de Campana.
Los cadáveres de Agustín y Milagros, de 11 y 7 años respectivamente, estaban atados de pies y manos, con trapos en la boca, envueltos con una frazada y tapados con piedras, debajo de un puente. Se cree que los niños fueron asesinados a golpes en la cabeza.
El ministro de Seguridad bonaerense, Carlos Stornelli, que participó del operativo informó que "fueron claves" las pruebas que recolectó la Policía para hallar los cadáveres de los pequeños, tras la detención de tres personas involucrados en este macabro hecho.
El funcionario detalló que los cadáveres fueron localizados a "seis kilómetros de donde la semana pasada estaban los cuerpos de los padres". También comentó que "uno de los autores del hecho frecuentaba la zona".
La búsqueda de los hijos de Marcelo Mansilla (41) y su mujer Sandra Rabago (37), quienes aparecieron sin vida el martes pasado en un descampado cercano a la Panamericana, comenzó a intensificarse durante la noche del viernes. Ese día Cristian Fernández, el tercer detenido por el hecho e hijo de Ángel Fernández Rosales, confesó que los hijos del matrimonio Mansilla también habían sido asesinados.
Fernández Rosales, de 41 años, fue condenado en 1991 a 25 años de cárcel por una violación seguida de muerte por el entonces Juzgado de Instrucción 7 de San Martín. Sin embargo, el 2 de julio de 2007, el Tribunal Oral Criminal 3 de San Martín le otorgó el beneficio de la prisión domiciliaria monitoreada por pulsera magnética. El otro apresado por el múltiple homicidio es Jesús Cáceres, de 47 años.
La principal hipótesis apunta a que habría sido una venganza porque el matrimonio habría denunciado a Fernández y a su hijo como los presuntos responsables de un robo de tiempo atrás en la casa de un vecino de Los Polvorines, declaración que sirvió para procesar al joven. (DyN/Télam)