Con el rostro gobernado por la angustia, pero siempre manteniendo su faceta cortés, Roger Federer se enfrentó a la prensa después de su nueva derrota, esta vez ante Ivo Karlovic, y contestó con un lacónico "no me importa" cuando un periodista le recordó que es casi imposible que se mantenga en pie su reinado de 235 semanas como máximo exponente del tenis mundial.
El suizo volvió a caer en tres sets y no logró acceder a cuartos de final de un torneo, el de Cincinnati, que en 2007 lo coronó. Igual, insiste con que más allá de que "éste es un año duro, ha sido bueno". Y aclara: "Tengo la esperanza de que lo demostraré en los Juegos Olímpicos y el Abierto de EE.UU''.
Sobre la marcada hegemonía Nadal durante el 2008 dijo que "la realidad es que está haciéndolo bien y yo lo hecho bien en el pasado". El gran Roger repitió que lo entusiasman mucho Beijing y el US Open. "Son realmente los que pueden cambiar esta temporada de una buena a una fenomenal otra vez'.