BUENOS AIRES.- Desgastado por el conflicto agropecuario que mantuvo en vilo al país por más de cuatro meses y en medio de una dura interna oficial, Alberto Fernández, hasta ayer hombre clave del gobierno de la presidenta Cristina Fernández y del de su antecesor, Néstor Kirchner, renunció a su cargo de jefe de Gabinete y será reemplazado por el intendente de Tigre y ex titular de la Anses, Sergio Massa. Sin embargo, su objetivo de generar una "reacción en cadena" que permita renovar el equipo de gobierno no había sido logrado hasta ayer, ya que cuestionados funcionarios del kirchnerismo se mantenían firmes en sus cargos (ver análisis).
La tercera caída en el gobierno en pocos meses cayó temprano a la mañana como una bomba que disgustó al matrimonio presidencial. Fue la de mayor magnitud, debido al rango del renunciante pero también por la forma de anunciarla.
Esta vez no se trató de un relevo ordenado por la presidenta, sino de una renuncia "indeclinable", la primera en la era Kirchner, desde que el matrimonio llegó al poder en 2003. Y en su carta de renuncia, Fernández expresó la necesidad de "oxigenar" al gobierno, además de realizar luego veladas críticas al manejo de temas como el tren bala y el INDEC (ver aparte).
En realidad, aseguran fuentes de la Rosada, Fernández se fue luego de plantearle a la presidenta, la necesidad de un grueso recambio ministerial que lo involucrara a él, pero también al ministro de Planificación, Julio de Vido, entre otros miembros del gabinete nacional, de primera y segunda línea.
Como suele ocurrir cuando sufre un revés inesperado, la presidenta ignoró olímpicamente el tema en el único acto público que encabezó en la Casa Rosada durante una jornada plagada de rumores, y apenas se limitó a anunciar créditos para productores agropecuarios entrerrianos (ver pág. 6).
Sin consultar
A diferencia de las renuncias anteriores, como los casos del ministro de Economía, Martín Lousteau en marzo pasado, y ayer del secretario de Agricultura, Javier de Urquiza, a quienes la jefa de Estado les había solicitado la renuncia, el saliente jefe de Gabinete dejó trascender su dimisión a las 10 de la mañana, a través de los medios de comunicación.
Incluso, la noticia se conoció antes de que la presidenta hubiera aceptado la renuncia y tuviera designado a su reemplazante. Alberto Fernández cerró así un sinnúmero de desmentidas sobre su alejamiento, que se sucedieron en los dos últimos meses, a raíz del desgaste que sufrió al haber sido el principal interlocutor en la crisis con el campo.
El hecho opacó el otro anuncio de recambio en la jornada. El titular de Economía, Carlos Fernández, tomó juramento al reemplazante de De Urquiza Carlos Cheppi.
La renuncia de Alberto Fernández, fue oficializada recién a las 13:30 por la Casa Rosada, al distribuirse a los periodistas la carta de su dimisión.
"Desde el 25 de mayo de 2003, fecha en que el entonces Presidente Kirchner me confió las tareas de la Jefatura de Gabinete, he puesto mi más absoluta dedicación en la convicción de que estábamos protagonizando un profundo cambio en la realidad argentina", señaló Fernández en su misiva dirigida a la presidenta. Luego, justificó
su decisión ante "la certeza de que se abre una nueva instancia en su gobierno, en la cual usted pueda contar con un nuevo elenco de colaboradores para enfrentar la nueva etapa".
Por instrucción presidencial, no hubo una voz oficial que adelantara el nombre del nuevo ministro coordinador y fue el propio Sergio Massa quien no sólo adelantó que ocupará ese cargo sino que jurará hoy a las 18, tras mantener una reunión de una hora y diez minutos con la presidenta en la residencia de Olivos. "Acepté el cargo con mucha sorpresa" y "responsabilidad" admitió Massa quien prometió un estilo dialoguista y federal (ver pág. 4).
El nombramiento de Massa generó expectativas tanto en el gobierno como en la oposición sobre el alcance de los cambios en el gabinete, tras la dura derrota del oficialismo en el Senado por las retenciones móviles.
Desde la oposición recibieron con beneplácito la designación de Massa como jefe de Gabinete, quien además cuenta con el apoyo de gobernadores e intendentes del PJ, que también pedían "oxigenar" el gabinete para permitir a la presidenta retomar la iniciativa política.
No obstante, la oposición volvió a presionar para que los cambios incluyan a las espadas más polémicas y representativas del ex presidente Kirchner: los polémicos secretarios de Comercio, Guillermo Moreno y de Trasporte Ricardo Jaime y el ministro de Planificación, Julio De Vido, quien no obstante, hoy no figuraba entre los eventuales relevos.
(DyN/Redacción central)
