Sudáfrica se encontraba ayer en una especie de estado de excepción.
Desde la información sobre la bolsa hasta la previsión del tiempo, en la radio o la televisión apenas hubo algún aspecto en el que no se recordara el gran acontecimiento del día: el cumpleaños 90 de Nelson Mandela.
Bajo los atentos ojos de fotógrafos y equipos de televisión, el jubilado al que sus compatriotas llaman cariñosamente "Madiba" (padre) celebró en su pueblo, Qunu, en un círculo privado de amigos y familiares.
Las fotos lo muestran sentado en un cómodo sillón alto conversando con su nieto Mandla, las piernas estiradas sobre un banquito, la mano sobre un bastón blanco y un diario sobre las rodillas.
Mandla es jefe en Mveso, la aldea natal de Mandela, alejada a 20 kilómetros de Qunu. "Es una ocasión muy especial para la familia poder estar con él", dijo, mientras supervisaba los preparativos para la fiesta de cumpleaños del sábado.
El "Madiba day" desplazó en los diarios las habituales noticias sombrías sobre asesinatos, crisis políticas y depresiones económicas.
Casi no hubo autoridad pública o empresa privada que no felicitara con grandes avisos al primer presidente democrático de Sudáfrica.
La maquinaria mediática funcionó a toda marcha. Delante de los asombrados habitantes de Qunu -que ya temprano en la mañana buscaban agua o leña- compañeros de aventuras del héroe de la libertad y Premio Nobel de la Paz contaban a los periodistas anécdotas y recuerdos, mientras la televisión emitía reportajes sobre las diferentes estaciones en la vida de Mandela.
En todo el país había previstos festejos oficiales y privados, conciertos, acciones y actos. Las mujeres Xhosa, con sus coloridos adornos para la cabeza, bailaron en honor del gran hombre. Coros de las iglesias le cantaron alabanzas. Por todas partes se entonó el "Happy Birthday".
"Una edad avanzada en sí misma no es un mérito. Lo que cuenta es lo que uno hizo en esos años", comentó la escritora y Premio Nobel de Literatura Nadine Gordimer en un artículo, en el que atribuye a "Madiba" un mérito extraordinario.
Incluso el presidente de la FIFA, Josepp Blatter, se mostró conmovido y dijo: "Estoy orgulloso de ser tu amigo, querido Madiba. Incluso con 90 sigues pareciendo un niño cuando sonríes". Blatter agregó que espera ilusionado el 11 de junio de 2010, cuando Mandela participe en la inauguración del Mundial de fútbol en su país. (DPA)
