EL ARROYÓN (enviada especial).- "Nunca se desalentó que viviéramos acá, todo lo contrario: se iba a lotear e iban a dar títulos", aseguró José Alfaro, un poblador del paraje El Arroyón al ser consultado si había sido advertido de que no se podía radicar en esa zona inundable.
El trayecto de los 11 kilómetros que van desde el nacimiento del desviador hasta la desembocadura del Pellegrini es jurisdicción de Cordero y de Cinco Saltos.
El cauce de derivación de la crecida cuenta en su interior con puestos de crianceros, y con muchos emprendimientos productivos que cuentan con infraestructura en herramientas agrícola, garajes, galpones para el acopio y otras inversiones.
Alfaro habita la zona cercana al puente del Arroyón -en inmediaciones de la península de Ruca Co- y ya perdió la cuenta hace cuánto que está en el lugar.
"Con mi padre vivimos el `81 cuando el agua rompió el puente y se llevó los animales. Nunca se desalentó que viviéramos en el Arroyón, sino no hubieran dejado que la gente hiciera casas de material, hiciera los adelantos, pusieran la luz y todo. Hay casas de más de 40.000 pesos invertidos sólo en la vivienda, ni hablar de los garajes, galpones, negocitos y los corrales", dijo Alfaro.
Alfaro dijo no recordar quién, pero aseguró que en los últimos años hubo reuniones "con los políticos" donde se avanzó hacia la posibilidad de un loteo y la entrega de títulos a los moradores.
Carlos Moreira dio crédito de los dichos de Alfaro. Habita desde hace 16 años la casa que fue de sus padres, a pocos metros del puente del Arroyón, junto con su madre, una hermana y sus sobrinos.
"Uno es nacido y criado acá, y vamos a pelear por salvar lo que uno tiene. Mi viejo era consciente que el agua puede venir y se puede llevar todo, pero esto es nuestro y hay que pelearla", dijo.
A mediados de mayo, Alfaro estaba alerta y preparado con algunas chapas para subirlas a la parte alta y guarecerse allí si el agua desbordaba el cauce.
"Yo no me voy a ir evacuado porque tengo mis animales y no puedo dejarlos, son como 100 chivos; así es que con mi hijo los subiremos a lo alto y allí pondremos unas chapas hasta que baje el agua", finalizó el poblador ribereño.