| EL ARROYÓN (enviada especial).- Marta González viuda de Riffo hace 15 años que tiene su mercado en el Paraje del Arroyón, con cuatro o cinco clientes por día, "a veces más, los fines de semana o en el verano", en un negocio al que no le falta nada. En 1976 "cuando se rompió la ruta", dijo, vivía con seis hijos (luego crió a 18) y su esposo en el primer tramo del desviador, y el agua le llevó su casa y sus animales. "Mi esposo era jubilado de Agua y Energía y sabía que todo se lo podía llevar el agua", recordó. Explicó que en ese momento vivían en el cauce sólo cuatro familias, que tras la desgracia se asentaron en zonas más altas. "Mi hijo se hizo la casa en la parte de abajo, yo le dije que en la ribera del lago no había que construir; pero como todo, la gente no escarmienta: aquí hay familias enteras con chicos, gallinas, chivos. Si viene el agua, me iré a la casa de otro hijo", advirtió doña Marta, de 72. | |