NEUQUÉN (AN/ACE) - Orlando Balbo pudo salir del país porque su abuelo era italiano y ese país aceptó recibirlo. Llegó en febrero del '78 y hasta que regresó en el '84, trabajó en la Secretaría de Estado del Vaticano. Ya en el país Amnistía Internacional lo tomó en un programa de protección para la recuperación de víctimas de torturas, que se hacía en Londres, financiado por Sting, el cantante de The Police.
Un inglés iba a verlo a Balbo, en un cuarto se sentaba a solas con él y le cantaba canciones al oído, en un tono particular, con el objetivo de que comenzara a reconocer los tonos de la voz humana. Era parte de la terapia.
Ese inglés era Sting. Balbo se enteró de quién era muchos años después, por un amigo que se lo dijo.
"Él me iba a ver y hablaba conmigo. Pero yo no lo conocía, hacía varios años que había quedado sordo y no escuchaba música... No sabía quién era", señaló Balbo.
En Londres también se encontró con Pedro Justo Rodríguez, de Cinco Saltos, quien también había sido secuestrado y torturado. Pero ese caso fue muy curioso.
A Rodríguez, Anmistía Internacional lo había recuperado de la cárcel y esa información se publicó en una revista editada en Londres. "En Roma yo recorría una plaza donde hay muchos quioscos de revistas y de pronto vi en la tapa, de una revista inglesa, la foto de Pedro. La compré y le pedí a un cura que me la tradujera. Después sí, en Londres, me encontré con Rodríguez, quien estaba en un tratamiento de recuperación de las torturas", contó Balbo.
